viernes, 28 de marzo de 2008

Como el agua

Su cantar desgarrado, capaz de expresar sentimientos tan profundos como los que encierra el alma,

el poderío de su garganta,

su belleza gitana,

el mito,

la leyenda,

la valentía de darle un giro de 180 grados a la tradición,

el ser uno de los GRANDES...

Quizá echarle en cara el haberse echado a perder y dejarnos tan pronto sin su voz. Aunque supongo que los grandes, al menos con su obra, vivirán por siempre.

Por usted, Camarón!!


Pst, el vídeo lo he tomado de youtube, de un tal molamazao62 (que no quiero yo echarme faroles que no me corresponden).

jueves, 27 de marzo de 2008

Egipto, Abu Simbel


Dibujo realizado por David Roberts

Vista de ambos templos, el de Ramses y el de Nefertari.


Desde Aswan (que, como habréis visto, da para mucho) tomamos un avión hacia Abu Simbel que, como diría "el maestro" se puede describir en dos palabras IM-PRESIONANTE!, o dicho de otra manera, es una de las visitas más extraordinarias de todo el recorrido.






El conocido como 'Templo de Riamsese-Meryamun', fue construido por Ramsés II. El templo se encontraba totalmente recubierto por la arena hasta el año 1813 cuando J.L. Burckhardt encontró el busto de uno de los colosos. En 1815 Belzoni, después de quitar gran cantidad de arena, descubrió la puerta de acceso.




Considerado una de las maravillas de la humanidad y uno de los grandes misterios del Mundo Antiguo, está dedicado a las tres divinidades del Egipto antiguo: Ra, Amon y Ptah. Los tres tenían sus capitales y a lo largo de la Historia fueron venerados como representación del único dios grandioso. Así que, de alguna forma, eran rivales y al mismo tiempo eran lo mismo!. Ra era la cabeza de la Eneiada de Heliopolis, Amon la Cabeza de la Triada de thebes y Ptah el gran dios artesano de Menphis. Al lado de los tres se representa a Ramsés como el cuarto gran dios de Egipto.




En primer lugar, se ha escrito mucho sobre las razones que llevaron a Ramsés II y sus arquitectos escoger este sitio tan lejano de la metropolis Luxor o de la capital militar Tanis, para construir esta maravilla. Algunos argumentos explican que la existencia de este monte con sus dimensiones fue lo que animó a construir el templo. Otros agregan que es porque la esposa de RamsésII Nefertari, era nubia.



El templo, tallado en unas colinas de piedra arenisca (un detalle admirable, porque cualquier error grave causaría el hundimiento de toda la obra), es el más grande de todos los escarbados en las rocas y construidos en Nubia por este faraón. Pero tras la construcción moderna de la gran presa y la formación del Lago Naser (el segundo lago artificial más largo del mundo), no solo quedó cubierta gran parte de Nubia por las aguas, además se tuvieron que desplazar más de 100.000 nubios, y también hubo que trasladar varios monumentos como este de Abu Simbel, en una operación de rescate coordinada por la UNESCO . Fue cortado en numerosas piezas y trasladado 200 metros hacia atrás y 60 metros más de altitud, recontruyéndose por completo, en lo que constituyó una de las obras de ingeniería más complicadas de la historia.
















El templo original se encuentra justo debajo del actual, que se montó sobre una montaña artificial, y en su fachada se pueden contemplar, cuatro colosales estatuas sentadas de Ramses II de 20 metros de altura mirando hacia el sol naciente. A los pies de Ramses está representada su familia (una forma de expresar que se encuentran protegidas por él).















Si no hago el canelo allá adonde voy, parece que no soy yo!


Pero lo realmente prodigioso es el fenómeno que sucede en el templo durante los días 21 de Marzo y 21 de Septiembre a las 5 horas y 58 minutos. los rayos del sol se adentran unos 60 metros dentro del templo y alumbran con un halo las caras de los grandes dioses Amon, Ra, y Ramsés. La cara del dios Ptah no se ilumina nunca (permanence en penumbra) al ser considerado el dios de la oscuridad.





Afortunadamente, dentro del templo no está permitido hacer fotografías (terminaremos cargándonos en un plisplás lo que otros tardaron tanto en construir). Eso sí, te puedes comprar postales muy monas, hechas por fotógrafos más expertos que yo misma. Esas las tengo pegadinas en los álbunes, así que aquí pondré algo bajado con la inestimable ayuda de google! Y es que el valor de lo que hay ahí dentro es incalculable. Hasta el último resquicio está absolutamente decorado, tanto las paredes como los techos. El tema principal son las escenas de las guerras de Ramses II contra los Hititas (en la que se le refleja como vencedor, aunque según muchos investigadores, la guerra terminó por tratados. Estos hombres han sido igual siempre, qué prepotencia!). Los colores se mantienen vivos, asombrosos.







Frente al templo, se levanta el dedicado a la Reina Nefertari, la esposa favorita de Ramsés II, todo un dandy del que, según estimaciones tenía unas 40 esposas y más de 200 hijos. Es el primer templo levantado a una Reina en el Antiguo Egipto. Los colosos de su fachada, de 11 metros de altura, representan a Ramses II y a la reina.







Continuará...

Egipto, el crucero

En ocasiones una tiene suerte. No son muchas y, casi nunca, son las que a una le gustaría que fueran, pero bueno, así es la vida. El caso es que, teniendo el paquete de vacaciones contratado, programado hasta el milímetro y cerrado, nos encontramos con que no era posible embarcar en el barco que nos llevaría de crucero por el Nilo. En su lugar (de ahí la suerte), tuvimos el privilegio de utilizar barco nuevo, lujoso, impecable, cuidado hasta el mínimo detalle.

El personal encantador (supongo que las propinas también tendrían algo que ver). Mohamed, nuestro maravilloso guía, nos aconsejó poner x dólares por persona, a principio del crucero, en concepto de propinas, porque de lo contrario tienes que estar echando mano del monedero continuamente.


El barco, digo, espectacular, de nombre M/S Royal Princess... y como una princesa me encontraba yo en él, oiga.


Lo cierto es que estos barcos-crucero me parecen antiestéticos por fuera. Parecen armatrostes de otra época. Sin embargo, el poderío que encierran en su interior es digno de ver y disfrutar, of course!













El camarote, con muebles de madera, era encantador. Te hacían la habitación dos veces por día y siempre, siempre, siempre, de manera diferente. La limpieza absoluta, el servicio espléndido, y además, cada vez te dejaban una sorpresa. Todo detalles.


Aquí los algunos de los detalles con los que nos sorprendían cada día:






Aparte del jacuzzi, la piscina, las tumbonas y demás, mis dos lugares favoritos eran la escalera (impresionante) y el restaurante (no podía ser de otra manera, siendo como soy, una fanática de la gastronomía). Los desayunos eran absolutamente espectaculares (todavía recuerdo las fantásticas tortillas que nos hacía el chef, Buda lo bendiga!). La decoración, a base de frutas ("normales" y esculpidas) resultó deliciosa (de todas estas mariconadas no tengo fotos, porque por aquel entonces no tenía ni cámara digital ni manía de hacerle foto a todo. Ay, cuántas cosas se habrán quedado en el olvido!).



Hoy, que tengo el día especialmente jodido (como casi siempre últimamente. Esto se está volviendo ya una costumbre), no me importaría teletransportarme (cuándo inventarán esto??!!) y aparecer en aquel barco que por momentos consiguió arrancarme de la monotonía).

De la magnitud del Nilo hay quien se da cuenta cuando observa la cantidad de grandes barcos-crucero que surcan sus aguas. La imagen de cualquiera de las paradas, donde pierdes la cuenta de los que hay da fe de ello.












De las vistas ya he dejado algunas muestras en el blog, aquí quedan algunas más. Las excursiones que fuimos realizando a lo largo del trayecto merecen entrada propia.
























Continuará...

martes, 25 de marzo de 2008

Egipto, tercera parte


No nos hemos ido aún de Aswan. Desde allí nos desplazamos hasta el Templo de Philae, que se encuentra ahora al otro lado de la presa. Entre otras, este templo tiene la peculiaridad de que hubo de ser traslado para evitar que quedase bajo las aguas que lo anegaron durante siglos con las subidas del Nilo. En esta imagen (imagen tomada de www.egiptologia.com.es/, ya que, aunque estoy mayor, es obvio que por aquellos años yo no había nacido y, por tanto, no me fue posible hacer una foto para un día ponerla en un blog) podéis ver cómo quedaba el templo en su antigüa ubicación:


Y, ya puestos a "aprovecharnos" del trabajo impagable de los demás, os añado un dibujín de cómo habría sido Philae en sus mejores tiempos (hoy estoy generosa, que no se diga! Ah, la imagen ha sido "tomada prestada" de www.arqueologos.org/).




El traslado desde la Isla de Philae (hoy sumergida) a la isla vecina Isla de Agiliquiya se hizo piedra a piedra. La única forma de llegar hasta ella, es en barca. Al llegar, lo primero que deslumbra es su espectacular entrada, en la que está representada la diosa Isis, a quien está dedicado el templo.

El templo, que tiene un gran patio, formado por 32 columnas, está muy bien conservado. Una visita que, de verdad, merece la pena.


























































lunes, 24 de marzo de 2008

Egipto, segunda parte

La primera entrega de esta miniserie ha sido un híbrido entre las buenas emociones al recordar esos lugares (ha sido un poco como volver a estar allí) y la mala leche que me da que no me salgan las cosas como quiero. Vamos, que he tenido que editarlo trescientas mil veces (o más!!!) para que haya quedado más o menos decente (desde esta pantalla al menos, porque desde el ordenador del Costillo no queda tan chulo, pero bueno, es lo que hay!). En fin, que aún así, no desisto en mi empeño y he aquí la segunda entrega prometida.
Nos habíamos quedado en El Cairo, desde donde tomamos un avión hacia Aswan, puerta de entrada al África negra, es una ciudad enclavada en la margen derecha del Nilo. Debe su importancia a su posición en la principal ruta comercial. Esto podemos notarlo caminando por la ciudad, pues prácticamente cada puerta esconde un comercio (más o menos pintoresco).

El hotel en el que nos alojamos era muy mono y tenía la "peculiaridad" que tenías que llegar hasta allí en barca. Toda una aventura! Aquí una vista general de los jardines:



El Nilo se desbordaba cada verano, cuando las aguas procedentes de Uganda y Sudán fluían hacia el bajo Nilo. Desde la antigüedad, estas crecidas fueron las que convirtieron las tierras próximas al río en una fértil vega, ideal para la agricultura, al dejar un sedimento de nutrientes y minerales en el suelo, el limo. Sin embargo, la impredecible alternancia del nivel de las crecidas conllevaba la pérdida de cosechas enteras por anegamiento o sequía y la consiguiente hambruna en la población, por lo que se consideró necesaria la construcción de una presa que regulara el nivel de las inundaciones para proteger las tierras de labor y los campos de algodón.


Los británicos finalizaron la Presa de Assuán en 1902, formando el lago Nasser. En 1962 esta presa fue sustituida por la Presa Alta que deposita el limo en un lago artificial. Esta presa tiene 111 m. de altura, 3.5 m. de largo y 1 km. de ancho en la base.





















Cada turista (o casi) que llega hasta Aswan aprovecha la estancia para hacer un paseo en faluca, barquitas tradicionales en el Nilo, no sólo para transporte de personas sino también de mercancías. A lo largo del paseo es posible disfrutar de la vista/visita a numerosas islas, como la Elefantina. Otra es la Isla de Kitchener, que es un jardín botánico en el que se pueden contemplar las plantas del Imperio Colonial que reunió Lord Kitchener a finales del XIX. Desde allí puede verse también el Mausoleo del Aga Khan.



























Desde la faluca pudimos ver también el famoso Old Cataract, hotel que alcanzó la fama, además de por su lujo y situación, por ser escenario de Muerte en el Nilo, película basada en el libro homólogo de mi adorada Agatha Christie.















En Aswan se encontraban las canteras que abastecían a los constructores faraónicos. De ahí que existan muchas huellas de esos trabajos. Los Obeliscos son algunas de las piezas más características de esa época. Era costumbre erigirlos por parejas, uno a cada lado de la entrada principal de los templos. En sus lados se insertaba las estelas conmemorativas o eran descritas las hazañas del faraón que lo había mandado.

En la visita a las canteras, podemos observar cómo tallaban los obeliscos, aunque se desconoce cómo se extraía de la roca y se trasladaba hasta el lugar para el que se había hecho.

















Exprimiendo el tiempo al máximo, aprovechamos además para pasear por el Zoco, asistir al Museo Nubio o cenar en un restaurante de comida nubia. Todos los minutos sabían a poco, pero a costa de dormir poco y zapatear mucho nuestra estancia allí cundió lo suyo.











Continuará...