martes, 30 de septiembre de 2008

Martes, 9 septiembre 2008: DÍA 1, Amsterdam – Arusha.

Meru Mount, desde el jardín del Coffee Lodge


El día no comienza de la mejor manera (hay mucho hijoputa por el mundo y a veces parece que todos se nos pegan), pero hemos esperado tanto tiempo este viaje que nada ni nadie puede evitarnos la alegría de saber que al fin ha llegado el momento, que esas vacaciones tanto tiempo esperadas han llegado y estamos preparados. África nos espera!!

Y es que todo estaba preparado para que fuésemos en febrero (sólo a Kenia), pero una operación que Mamá tenía pendiente (y que gracias al cielo salió bien) y los problemas políticos que hubo por aquellos lares dieron con nuestros planes al traste y hubo que cambiar todo: fechas, planes… hasta itinerario, pues el Costillo decidió que si teníamos que esperar medio año más (él llevaba un año preparando el viaje) bien nos merecíamos unos kilómetros más y un tiempo extra. Ahí surgió la idea de ir también a Tanzania, que será por donde empecemos el viaje.

El taxi llega puntual. Son las siete de la mañana. Comienza nuestra segunda aventura africana!

A pesar de que hay mucha gente en Schiphol, facturamos el equipaje rápidamente (el Costillo es grande, muy grande, y nosotros ya estábamos facturados por internet, pagando extra tuvimos unos asientos fantásticos en los que sus casi dos metros iban más o menos confortables). No nos hemos pasado con el peso (que es algo que a mí me obsesiona cada vez que vuelo). En vuelos directos permiten dos maletas por persona, de 23 kilos cada una, pero como a la vuelta tendremos un vuelo nacional con Kenya Airlines antes de salir hacia Amsterdam, las cosas cambian y sólo podemos llevar una maleta que no exceda de veinte kilos (aparte del equipaje de mano, claro) cada uno. No saben nada estos de KLM!

Tras las inevitables compras en el aeropuerto nos dirigimos hacia la puerta de embarque, la F2, y nos encontramos una sala absolutamente abarrotada. Tal era el cuadro que parecía que el Inserso también había cambiado de planes y en lugar de enviar a nuestros mayores a Benidorm (como acostumbra), les había dado por enviarlos de safari (no sé con qué oscuras intenciones). Más tarde aparecieron algunas parejas jóvenes (italianos y españoles mayormente) pero la mayoría de los pasajeros hacía algún lustro que habían superado los sesenta. Decidimos caminar y marujear un poco. Observar a la gente es algo que me apasiona y los aeropuertos acumulan una fauna perfecta para combatir el aburrimiento. Pululando por el aeropuerto nos encontramos con una réplica del monoplaza del “monstruo” Alonso (todavía no había ganado en Singapur, jeje, de eso nos enteramos a la vuelta).

Creo que el Costillo está más nervioso de lo que se atreve a confesar. Ha sido un año y medio planeando un viaje que lleva deseando hacer toda su vida (supongo que desde que sus Padres estuvieron allí y él escuchó todas las fabulosas historias que traían para contarle... y es que al día de hoy es un placer escuchar a Mamácostillo hablando de aquel viaje, y eso que han pasado treinta años!!!), un período en el que ha habido muchos planes, muchas frustraciones.. más de lo que él está acostumbrado a soportar.

Pasamos el control de equipaje de mano y por fin embarcamos. Metidos en gastos y teniendo en cuenta las ocho horas y pico que dura el viaje, la decisión del Costillo de pagar extra por más espacio mereció la pena.

El avión, un 777-200, resultó mucho más confortable de lo que esperaba. Tuvimos tres asientos para nosotros y nuestro propio departamento para las mochilas, que se presentan como nuestras compañeras inseparables.

La comida, sin ser para tirar cohetes, estuvo bien, además nos agasajaron con varias bebidas y diferentes chuminadas para picar. Teníamos nuestra propia pantalla de televisión, con un menú muy completo en diferentes idiomas: películas (las dobladas al Español debieron serlo al otro lado del charco, y de verdad que se hacía gracioso ver a esos personajes cuyas voces “españolas” son tan conocidas con acentillo sudamericano), series, dibujos, noticias, deportes. El mando a distancia era, además, teléfono y mando-consola, ya que también había un montón de videojuegos. Entre unas cosas y otras el viaje no se me hizo largo. Con qué poco nos conformamos los de pueblo, oiga!

Cuando llegamos al Aeropuerto Kilimanjaro nos felicitamos por haber preparado las visas con antelación, pues las colas eran tremendas. Tras pasar el control policial y someternos al “ojo crítico” de una extraña webcam, recogimos nuestro equipaje, que llegó en perfectas condiciones.

A la salida nos esperaban un representante de la agencia (Leopard) y Amir, quien sería nuestro guía-chófer durante nuestra estancia en Tanzania.

La Capetown-Cairo, carretera que atraviesa el continente africano, desde Sudáfrica hasta Cairo nos llevó hasta el MOIVARO COFFEE LODGE, de Arusha (que está a mitad de camino, y da fe de ello una torre coronando una plaza). De camino vimos (más bien intuimos, pues era ya casi noche cerrada) el Kilimanjaro, la montaña más alta de África y el Meru Mount, la segunda más alta de Tanzania.














En el lodge, de un rústico adorable, nos recibieron con un delicioso jugo de sandía y nos llevaron hasta el que sería nuestro nido por una noche, la cabaña número 20. Para llegar hasta allí tuvimos que atravesar un jardín inmenso que a nosotros nos pareció una auténtica jungla, no por lo descuidado, más bien todo lo contrario, sino porque eran tantas las flores, árboles y cosas que había para ver que uno no sabía muy bien hacia dónde dirigir la mirada. Las habitaciones son cabañas individuales, en las que hay un gran espacio central, con su cama con dosel y mosquitera, decorada de forma exquisita con flores, mesa, sillas y una hermosa chimenea. Las mesitas de noche son troncos levemente tallados y los techos de palma. Un pequeño pasillo conduce hasta el cuarto de baño, donde el contraste de la madera con las toallas burdeos resulta encantador. Han cuidado hasta el más mínimo detalle y el conjunto es tremendamente acogedor. Aún así, el estómago manda, y encandilados con esa mezcla de sencillez y estilo nos vamos hasta el restaurante para cenar. Si esto no es el paraíso, desde luego se le parece bastante. Y acabamos de empezar!

El edificio que alberga el restaurante está construido igualmente en piedra con techos de palma y decorado con cientos de detalles que reflejan parte de la inmensa cultura africana. Allí veríamos la primera idea original de los casilleros para las llaves de las habitaciones. Y no sería la única vez. El personal no puede ser más atento. Tras un día que ha sido eterno nos metemos entre pecho y espalda una deliciosísima sopa de calabaza, un steak al estilo masaai (con una salsa que estaba para morir) con patatas y verduras cocidas y de postre un tiramisú que a mí me supo realmente diferente al “nuestro” (que prefiero, pues aquel me resultó demasiado fuerte). Todo ello regado por la cerveza Kilimanjaro que, afortunadamente es suave, pues viene en botellas de ½ y todavía no estaban las cabezas preparadas para más excesos que los que el paisaje quisiera regalarnos.

Lo de nuestro imán con los gatos no es algo que suceda sólo en Europa. Allá adonde vamos tenemos alguna aventura con ellos y ahora no podía ser diferente. Fue sentarnos y dos lindos gatitos, que bautizamos como Tigretón y Negrito (por razones obvias, vamos, que eran de esos colores) hicieron acto de presencia. Eran pequeñísimos (bueno, tal vez no tanto, pero claro, acostumbrados como estamos al tamaño de Boo y Snake…) y salvajes, pero sabían perfectamente lo que hacer y adónde ir para conseguir comida: había más gente dispuesta a cenar, pero supieron exactamente en cuál de las mesas sería recompensado su esfuerzo de acercarse a humanos desconocidos. No me atreví a acariciarlos (aunque me quedé con las ganas) por el tema de las dichosas bacterias, pero no se fueron con las patas vacías (y yo, a pesar de mi generosidad y mi precaución, no me libré de un arañazo).


Tras el café nos retiramos a dormir, pues estábamos agotados y nos esperaban demasiadas aventuras como para hacerlas cansados. El camino desde el restaurante a nuestra cabaña se convirtió en la primera aventura, pues fue realmente laberíntico. Era de noche y no veíamos tres encima de un burro (a pesar de la linterna), todos los caminos nos parecían iguales y nos costó dios y ayuda encontrar la nuestra. Y eso a pesar de contar con un ayudante de excepción: el señor Tigretón tuvo a bien acompañarnos prácticamente durante todo el camino. Tras dar más vueltas que un tonto y cuando ya estabamos pensando que habían construido ese laberinto con el único fin de que nosotros pudiésemos perdernos en él, apareció uno de los camareros del hotel y nos llevó a nuestro destino en un santiamén. Si es que el que no sabe es como el que no ve, y el que no ve, como si estuviera ciego. Vaya dos! La peripecia nos dejó, eso sí, las primeras fotos de flores (menos da una piedra, y joder qué daño hace!), algunas de las cuales me han servido para adornar este post.

Dormimos como los ángeles, aunque yo, que soy una paranoica, estuve bastante pendiente de los insectos y temiendo despertar abrazada a una boa o algo parecido. Soy lo peor!


Continuará...

Se acabó lo que se daba



Todo en la vida termina (la vida misma incluso y esta es la pena más grande que tengo), las vacaciones no podían ser una excepción –afortunadamente queda un menos y nada para Navidad, en la que cogeré otras “pocas”-, así que las nuestras también se han terminado.


En nuestra ausencia recibí la buenísima noticia de que Mamá ha sido dada de alta por uno de sus doctores. Los otros controles tienen que continuar pero, como yo le digo siempre, ojalá los tenga que hacer los próximos treinta años (que después ya seguiremos pidiendo).


Como muy bien habéis adivinado, hemos estado en Tanzania y en Kenia (confieso que las banderas tampoco son lo mío, así que un aplauso para todos los que lo adivinasteis sin tener que buscar) y han sido unas semanas realmente apasionantes. Me he vuelto a enamorar de África, de sus colores, de sus gentes… He vuelto a darme cuenta de cuánto tenemos y lo poco que lo apreciamos y de lo felices (o sonrientes) que pueden ser aquellos que viven todo un año con lo que nosotros gastamos en una noche de juerga (y no de las grandes).


Apenas acabamos de aterrizar, sólo hemos deshecho las maletas y descargado las fotos (para los que las esperais, adelantaros que hay miles, para los que os cansan, aseguraros que no las voy a colgar todas!). Los post del viaje (que ya os anuncio serán unos cuantos, así que el que pase de África o de saber cosas de las vacaciones ajenas puede estar tranquilo y ausentarse de mi casa por un tiempecito, pues creo que voy a ser monotema) irán llegando poco a poco y espero que os hagan sentir algunas de las emociones que nosotros hemos vivido.


Gracias, como siempre, por vuestros comentarios, por visitar esta vuestra casa y por hacerme sentir tan querida. Sois fantásticos, de verdad. Me he acordado de todos y cada uno de vosotros, de algunos más que de otros, claro, porque esto de los blogs no es ajeno a la vida y, como en ésta, hay personas que nos calan más hondo, además, hay objetos que ya identifico con algunos de vosotros y cuando los veo se me salta la sonrisa pensando que a través de mis ojos lo estais viviendo o lo viviréis como lo he vivido yo. He visto muchas escaleras, ninguna zapatilla plateada pero sí “he perseguido” un Audi plateado (en uno de los libros que me llevé para leer), he visto cuerpos perfectos que he “adjudicado” a este o aquella, encontré “Here be dragons” en la Library de un lodge en Ngorongoro, sentí más cercanos que nunca a Carlos, Yeray y Anita, pues compartíamos continente aunque nos separasen miles de kilómetros, observé cada flor con los ojos de Haquiles y sonreí al imaginarme a Ido entre tanto pájaro, a mi Hermanísimo flipando con tanto bicho… todos habeis hecho este viaje con nosotros. Vale, que no ha sido en carne y hueso, pero “como si lo seriese”, que diría uno de Bilbo. Ojalá con esos post que os prometo sea capaz de transmitiros lo que viví, lo que sentí, lo que disfruté.



Perdonad la friquez de vídeo, pero es que el final del verano ha llegado a esta casa y esta canción es la que recuerdo ahora que más fe da de ello.

lunes, 15 de septiembre de 2008

martes, 9 de septiembre de 2008

lunes, 8 de septiembre de 2008

Sayonara



Odio las despedidas. Desde hace un montón de años –sino es por una cosa es por otra- siempre estoy despidiéndome y en cada despedida se me va un poco de vida. Sé que tengo mucha, porque he soñado mil veces que me moriría de viejita (una viejita “repunante” y malhumorada, pero viejita al fin y al cabo), y es por eso que no me importa “malgastar” alguna en estos trámites, pero sufro. Que os quede claro que en cada despedida dejo un trocito de mí.


Esta vez el destino no será “mi” casa, por lo que no disfrutaré de mis Papis, ni de mi Hermanísimo, ni de la Cuñá, ni de los sobrinillos, ni los amigos ni siquiera del tío Luisán. No, esta vez la vida me lleva hacia otros lares en los que, eso sí, disfrutaré de la compañía del Costillo e, intentaré que él disfrute de la mía.


Espero encontraros bien a todos cuando vuelva. Que no haya demasiadas novedades y, si las hay, que sean todas buenas. Deseo que nadie, absolutamente nadie, decida cerrar o suprimir su blog estos días y que al volver me pegue la misma panzada de post atrasados que me he dado estas dos semanas. Así que, qué haceis todavía leyendo esto??? Venga, panda de vagos, a escribir!!!
No puedo irme sin agradeceros, una y mil veces, que os paseis por aquí, que me dejeis vuestros comentarios y vuestro cariño. Intentaré recompensar esta ausencia con jugosos post a mi vuelta, vale?

G R A C I A S,

Iago, Haquiles, Aspirante, Carlos Becerra,

Vivian, Laura, Luna, Carabiru
,

Di, Ricardo, Pilgrim, Cris,

Géminis despechada, Forgiven Princess,

JB, Stultifer, Sonia, Dita
,

Jaac, Weblara, Blogger, Nils,

Gwathadan, Anselmo, Conxa, Yeray,

McVicta, Amaveli, Sandum, Reality bit,

Kotto, Tertulias para perogrullo, Anita, Shysh,

Sommer, Sol solito, Mosco, Elena,

Casta, Al otro lado del deseo, Caramelo,

Letizio Pantoja, Gaysinley, Dennis Fernández,

Santa pecadora, Pujaita, As beiras do arnego,

La chica de ayer, Oliver, Eme,

Zerep nauj, Axioma, Oz vega, David guzmán,

Noelia, Agua, Un estertor, Digler,

Kuka, Luna llena, Jan puerta, La china,

El dueño de los cajones, Armida Leticia,

Caramelo de uva, Williboy, Félix,

Lorena, Javi, Lanobil, Marta,

Salvochea, Mentidero,

El hombre de la baraja de la derrota, Tareixa,

Rohit, Teresa, La reina del hielo, Joha Zuluaga,

Ido, Karina, The sea the sky the dust, Fortimbras,

Nobel prize blogger, Miguel, La nena,

Primo Larry, Cion, Belvedere, Noelia, Sufur,

Trepamuros, Diabliyo, Entrepà, Anónimos varios, …

y los de casa, Idoia, Keko, Sergio y el Costillo!!


Me voy... pero volveré!!!


JB, con hielo!!

Como muchos de vosotros sabréis, mi adorado JB -bueno, mío y de muchos más, pero él me ha concedido el título de "madre adoptiva" (y ya tengo dos hijitos perdidos en la Red), y eso me concede una autoridad superior a la de los demás, por muy fanáticos que quieran ser, se pongan como se pongan- ha cerrado su fantástico blog

Loco pero cool

Y lo ha hecho de una forma tajante: le ha dado al fatídico botón de suprimir.

Afortunadamente a veces hago las cosas a su debido tiempo (que eso de que más vale tarde que nunca no siempre es cierto), en fin, que a veces, digo, hago las cosas cuando toca y la dirección de su blog la tenía añadida al Reader desde el mismo día en que Nils me enseñó a manejar tan práctico "cacharro". Pues bien, gracias a eso, hoy puedo compartir con vosotros (previo permiso, por escrito, of course, de JB) uno de los post que más me destornillaron de los que escribió, que fueron muchos y variados -como las virtudes que se nos presumen a algunas, jeje-. Sin más preámbulos, ni rollos macabeos de los míos a los que, todavía no sé cómo, estais acostumbrados, os dejo con el inigualable, incomparable e inmensurable

JB



"Estoy confundido, porque sucede que yo quería que mi hija se llamara Metallica y mi hijo Slayer, pero después de buscar en Google vi que mis hijos podrían sufrir daños en el futuro de personalidad por sus nombres, porque ellos no sabrían identificarse como individuos individuales dentro de una sociedad individual con individualidades que caracterizan a una persona y la dejan ser individual, y después de que lo pienso, me doy cuenta de que es verdad y que mis hijos no se van a poder llamar así, y es que ya me imagino cuando mi hija esté en el jardín de infancia y la profe diga.

- "¡Metallica!, ven para acá a trabajar con Juancho"- "¡Ya voy profe!" -Dice mi hija- "Fuck Yeah!" - grita Juancho mientras escupe el suelo. hace los cuernos, menea su cabellera y simula los acordes de una guitarra eléctrica imaginaria Les Paul al mismo tiempo sin parecer como un idiota o friki/enfermo.

Y es que por eso ya no quiero que mis hijos tengan nombres de banda de rock, también estaba la opción de ponerle nombres de cantantes, pero es que casi no hay mujeres metaleras, y en caso de que tenga una hija, el nombre metalero más cercano al femenino seria Ozzy(*), y podría ocurrir algo muy similar que el ejemplo anterior, o podría ocurrir que mi hija después sufra de problemas de identidad y empezara a comer cabezas de murciélagos como Ozzy Osbourne, y eso podría desequilibrar su dieta balanceada, o la llamarían esos locos de MTV para hacer un reality show, o en todo caso aparecería en un episodio especial de Jackass, y no quiero que mi hija o mi hijo termine así.


Ah, no y por un momento pensé en ponerle nombres en inglés porque la mayoría de los nombres en español son muy feos, nombres como Vesania y Amaveli Alexandrano son nombres que si fueran objetos materiales y palpables serían más feos que un tractor por debajo o que el trasero de Oprah (que de hecho, tiene un nombre muy "ópera"). Y no solo Alexandrano, yo odio otros nombres, porque una vez que les añades diminutivos o les cambias los sufijos suenan asquerosamente horribles, he aquí unos ejemplos:

Juan = Juancho o Juanito.
María = Thalia María la del barrio.
Rigoberto = Rigito.
Manolo = Manito.(**)
Hugo = Hugito.


Por eso es que pienso que es mejor ponerle un nombre gringo, pero puede, que con la traducción le cause problemas a mis hijos, por ejemplo, está ese actor que se llama Ice Cube... adivinen como sería su nombre en español, y también hay nombres en inglés que en diminutivo suenan feo, como "Chuck Norris"...su apodo sería "Chucky" sólo que nadie se lo dice porque ese tío sabe dar unas MUY buenas patadas voladoras. Y además de que eso de poner nombres en inglés es cosa de gringos y ingleses (que listo fui para darme cuenta), aunque puedo ponerle el nombre gringo más original que pueda existir: El sufijo Jr. que quiere decir Junior, como diciendo "hijo" pero de maneras diferente, eso haría que mi hijo se llamase "Josué Junior" o "Josué Jr" porque es la misma verga.



Y es que me siento muy mal de no poderle poner nombres famosos pero todo es por el bien de mi descendencia, por hay leí que a un niño mexicano le pusieron Yahoo... pobre niñito, Homero Simpsons le esta gastando el nombre al pequeño cada vez que grita "Yahoo!", pero bueh, es mejor que le hayan puesto "Yahoo" al pequeño en lugar de "Yabadaba-Du!".


Y eso me hace reconsiderar la idea de un nombre gringo... un nombre que sea muy Bonito, como Sharzeneger(***), pero ¡NO!, ya lo dije antes, esos son nombres gringos... tengo que reconsiderarlos en español, y además tiene que ser original, porque aquí en Venezuela el 50% de las mujeres se llaman o Andrea o María y el 50% de los hombres tienen de nombre o segundo nombre José. Y aquí los apodos más comunes son "Puta" para todas las mujeres y "Marico" para todos los hombres.


Otro problema que tengo es mi apellido... Barrios... pfff...que feo apellido, me gustaría llamarme Josué Residencias o Josué Complejo Turístico Recreacional, es un lindo nombre... pero mis hijos... que buena verga con eso de los nombres, creo que mi hijo va a terminar llamándose Adam Sandler y mi hija Liza Minelli.

PD: Investigando sobre los nombres descubrí que el nombre de pila del 60% de la población mundial es "Energyzer".

(*) Iba a colocar un enlace a Wikipedia, pero lo quité porque si alguien no tiene ni la menor idea de quien rayos es Ozzy Osbourne es porque vive en una caja a 21651231 millones de años luz en la luna de un planeta gaseoso a 2431352 Km de profundidad a una presión de 343154 Toneladas.

(**) No me refiero a las manos como extremidades, pero creo que esto no necesito explicarlo en una nota al pie de pagina.

(***) No tengo ni puta idea de como se escribe el apellido de Arnold Schwarzenegger correctamente.
Defecado por JB".

Premio al intelecto y a la filosofía



Hace un día de perros. Me he levantado cuando aún no eran las siete de la mañana, he mirado el cielo -gris, tirando a negro zumbón- y me han dado ganas de volver a la cama, pero tengo muchas cosas que hacer y no me servían excusas baratas (como la tan manida ya de que joder, es que a mí este clima me mata, me absorve, me minimiza, me hace tan chiquitina que parece que voy a desaparecer!!).


Me preparo un café mientras enciendo el ordenador (sí, esa es una de las cosas que tenía que hacer y para la que he madrugado: trabajo hecho no corre prisa). Compruebo el correo y el reader (que sigue haciéndome de las suyas y se apaga sin previo aviso la mayoría de las veces y otras, me avisa, pero se apaga igual) y empiezo la visita diaria a algunos de vosotros.


De repente un rayo de luz ilumina la estancia. La mágica luz envuelve todo y me arranca una sonrisa. Suenan trompetas y aplausos. Vuelvo a leer, me sonrío de nuevo y pienso que hoy puede ser un gran día! Por qué no? Por que llueve como si se fuera a terminar el mundo? Por que tengo que salir y me empaparé hasta los huesos? Bah, caralladas!


Qué importa que eso pueda pasar si el Maestro ha tenido a bien concederme un premio, al señalar "Y si hablamos de intelectuales, pues se lo voy a dar a: Bira (...). En fin, no sé si todos ellos quieren ser intelectuales de mayores o ya lo son, pero coño, ¡son mis amigos!" (Iagus dixit).


Y es que él me enseñó a adorar los premios, a necesitarlos para respirar, a extasiarme mientras contemplo esa columna izquierda medio alucinada, flipando por el mero hecho de que alguien haya querido premiarme (a mí!!, que nunca gano nada).


Todos y cada uno de los premios que he recibido me han llenado de felicidad (vale, aunque sea momentánea y luego uno tenga que volver a meterse de lleno en el mundo real, donde los premios escasean), pero este tiene un toque que me ha hecho olvidar la lluvia, la futurible mojadura que pillaré y la cantidad de tareas que tengo pendientes de hacer: y es que, además de tildarme de intelectual (que digo yo que tiene mérito, porque hablar de gatos y flores y que parezca que una sabe algo es la pera limonera, no?), me llama AMIGA y a estas alturas de la película él sabe muy bien lo que para mí significa la amistad.
Me honras con tu premio, con tus palabras, con tu presencia en esta casa. Lo haces cuando me hablas tierno y cuando sueltas mamarrachadas. Y me haces sonreír y pocas cosas hay más grandes en la vida, Iago.
Gracias, campeón!!

domingo, 7 de septiembre de 2008

Viva la República!!

A mi republicano favorito, Sergio.





Hay una historia que aquí sucedió,
que hundió esta tierra en el hambre y dolor.
Ríos de sangre se vieron correr,
años muy duros llegaron después.


A la derecha vive el militar,
terratenientes, el clero y demás.
Al otro lado el campesino está,
luchando duro por poder llevar
algo de futuro que ayude a los suyos
a vivir en libertad.




No quiero ser quien juzgue,
tampoco me interesa.
No creo que el olvido sea la mejor manera.
Si algo ha quedado claro
después de tantas guerras:

Que da igual quien dispare
¡Que ninguna bala es buena!



Pero lo que no es justo
es que siempre el vencido
sea el olvidado, el que no sale en los libros.

Que aún quedan muchos caídos

que se encuentran en olvido

en fosas comunes sin hallar.



Mi corazón se encoge defraudado,
y al recordar las penas que dejaron,
se siente obligado a gritar bien alto
por si alguien me quisiera oír.
Y tantas veces, sentado junto al fuego,
le oí contar las penas que vivieron,
y aunque pase el tiempo
escucha un momento y
no olvides lo que voy a decir:
Que ayer fue mi abuelo
quien postrao en el suelo

¡Defendió tu libertad!




Ahora han pasado 30 años ya
desde la muerte de aquel general.

Fue muy difícil volver a sentir
que en democracia se podía vivir.

Y aunque el rencor no nos conduce a ná
algunas cosas aún siguen igual.

La voz del pueblo no se quiere oír.
Los que gobiernan deciden por ti.

Se inventan las guerras
por pasta y sin pruebas,

¡Trayendo la muerte a Madrid!





Texto: Benito Kamelas, "Ayer fue mi abuelo" del disco Sin trampa ni cartón.

Fotos: extraídas de google

sábado, 6 de septiembre de 2008

He decidido

A Keko

He mirado al sol
con cara de no haber dormido
y me pregunto qué se ha jodido
que ya nada es igual.















He buscado la inspiración
leyendo a un poeta
que abriera en mi torpe cabeza
más puntos de estimulación.










Y destruyen los bosques,
contaminan los ríos
no importan si mueren,
no dan beneficios.
Arcenes repletos de perros,
masacre,
maltrato al mundo animal.













No importa que haya hambre en el mundo,
las guerras que sigan haciendo más triste la vida.

He decidido volar.

He decidido darle portazo a otra fase de mi vida,
que es buen momento “pa” iniciar otra partida,
en la cadena he colocado otro eslabón.



Me he dado cuenta
que es más sincero ser falso con uno mismo
que no asfaltar con los recuerdos el camino,
ahora me queda convencer al corazón.

Pero cómo le digo al que tanto ha luchado
que late día y noche por cosas que ya he abandonado.

















Quiero que seas el que baila cuando llueve
y des abrazos cuando pierdas los papeles,
que seas tan claro como un pacto con el mal.



Hacer la hoguera que nos renueve y destruya los rencores,
al ver la vida con los ojos de colores
no te das cuenta que no quieres tú cambiar.



Mirando al cielo pude ver
que aquel azul no iba a volver,
da igual que pienses
si en mi vida ya no cabe la ilusión.
En un instante oí tu voz
de nuevo he vuelto a ser yo
y he decidido
que el que mande siempre sea el corazón.


Una llamada me bastó para sanarme,
oír tu voz para mí fue el mejor jarabe
ya no me duele, tan sólo quiero bailar.

Me he dado cuenta
que aunque en la vida aparezcan nubarrones ,
daremos saltos, bailaremos sin temores
y te agradezco que me enseñes a mirar.


Mirando al cielo pude ver ...



Texto: Benito Kamelas, "He decidido"
Fotos: "prestadas" de google, y alguna propia, que ya conoceis.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Nadal, Príncipe de … Thiago!

Todos sabeis (o deberíais, a ver si vamos haciendo los deberes) la debilidad que siento por el tenista Rafa Nadal. Algunos de vosotros, que también pasais por casa del Maestro Iago, sois igualmente conocedores de la “debilidad” (incluso extradeportiva) que éste siente hacia el manacorí. Y es que Iago considera a Nadal su príncipe y así lo manifiesta a los cuatro vientos. Pues bien, ayer por fin, y de manera oficial, Rafa recibió su principado, siendo galardonado (y yo, personalmente, ya he perdido la cuenta de las cosas que ha ganado este chico en lo que va de año) con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes. Como es obvio, esto es una jugada al despiste. En realidad lo que le ha sido concedido es el Premio Príncipe Iago de los Deportes, pero como en algunas esferas la gente anda todavía despistada y no tienen noticia de la existencia del Maestro, han decidido otorgarle este otro, más conocido por todos. Pero ellos y yo sabemos cuál es la verdad y no podía hacer otra cosa que haceros llegar la noticia, felicitando a Nadal (una vez más) y a Iago, por las partes que le toca (juas juas).

Decir que Nadal me ha vuelto a enseñar a amar el tenis sería decir poco. Su juego, su deportividad, sus formas y maneras para con sus seguidores, su caballerosidad con el “enemigo” y detalles como rechazar hoteles de lujo para convivir con el resto de deportistas en la Villa Olímpica hacen de él algo más que un gran deportista: una gran persona.

Me emociono con sus victorias como si fuesen mías, como si cada golpe de raqueta lo hubiese dado yo. Y sufro cuando pierde algún punto, y llego al éxtasis cuando golpea pelotas imposibles, como si “aquella mano de dios” hubiera cambiado de dueño y ahora le perteneciese a él.

Con la victoria de ayer en el US Open no sólo pasa a semifinales por primera vez en este torneo, sino que además se mantiene en el puesto número uno del ranking mundial hasta el 2009. Año en el que deseo siga regalándonos momentos inolvidables, como ha hecho hasta ahora.

lunes, 1 de septiembre de 2008

En el fondo del mar, matarile rile rile...

A veces una tiene la sensación de que se están riendo de ella. En ocasiones, esa irónica carcajada no sólo afecta a quien escribe, sino que se extiende a unos cuantos desconocidos que se ven o verán obligados a pasar por una situación, sino exacta, similar.


A finales de febrero envié mi voto por correo para las elecciones generales que se celebraron el día 9 de marzo. Como residente en el extranjero, aparte de todas las papeletas y los sobres correspondientes, recibí una carta en la que se me informaba de lo que tendría que hacer para que el Estado me reembolsase el dinero empleado en certificar mi voto. La normativa electoral garantiza a todos los ciudadanos españoles la gratuidad del voto por correo, independientemente del lugar de residencia. También a los que estamos fuera, no sé muy bien si para que votemos en las mismas circunstancias que los nacionales que viven en España o para que no haya quien se desanime y “pase” de votar por no gastarse unos euros (que estamos en crisis!!). Así, en el mismo sobre en el que iban las papeletas elegidas para el Congreso y el Senado, envié mis datos y los costes del certificado, para que en su día me fueran devueltos. Bien entrados en junio, concretamente a finales de dicho mes, recibí una carta de Correos en la que se me recordaba mi participación en las Elecciones Generales y a la que acompañaba un cheque nominativo por un valor ligeramente superior al que yo había abonado al realizar el franqueo, señalando que ese importe había sido calculado como “comsión media cobrada por los bancos de su país de residencia con el fin de garantizar el importe íntegro de los gastos en los que Vd. incurrió”. Añadía la misiva que el “cheque podrá hacerlo efectivo, previo depósito del mismo en su cuenta habitual”.
Hasta ahí todo correcto y dentro de lo que señala la normativa electoral. Y digo hasta ahí porque el resto fue, cuando menos, esperpéntico. De camino al super, entramos en nuestro banco, le mostramos a la señorita el cheque y le informamos, aunque es obvio, de que nuestra intención es cobrarlo. Ummm, la señorita mira el cheque con ojos golosos (no por el importe, válgame dior, que apenas daría para ir al cine) sino porque esta es una de las situaciones que más les gustan a los trabajadores de banco (sino a todos, sí a la mayoría, y a los hechos me remito). “Ya, claro, pero creo que tienen un pequeño problema”. Y nosotros, “y cuál es él, señorita?”. Y ella, bueno, pues que este tipo de cheques han de ser enviados [no recuerdo exactamente el sitio, pero era o Amsterdam o La Haya] y el importe POR COBRAR el cheque asciende a 40 euros. Y claro, vista la cantidad, no sé si les interesa”. Y nosotros con cara de esta se está quedando con nosotros, la volvemos a mirar y le decimos que, obviamente no nos interesa, cómo va a interesarnos cobrar un cheque si tenemos que pagar mucho más de su importe en concepto de algo que se nos escapa. Gracias, buenos días y adiós.


Bueno, no pasa nada, cuando vaya a España lo cobro y listo pisto motoristo. Llegan las ansiadas vacaciones y me presento en la piel de toro, cheque en mano, en una oficina del BBVA (banco señalado en la carta que Correos tan atentamente me envió como medio a través del cual se realizaría el reintegro). Espero el tiempo oportuno (no demasiado, si he de ser sincera) y pasa a atenderme un hombre francamente agradable. Buenos días, buenos días, venía a cobrar esto. “Ah, vale. Ups. Pero esto qué es?? Maripuri (nombre ficticio para preservar la identidad de la compañera) tú has visto alguna vez un cheque como este?”. Y ella con cara de pócker, negando pero pensando a la vez “En mi puta vida”. Empezamos bien.


Como os dije, el hombre que me atendió era tremendamente amable (hasta hablamos de gatos y todo. Él tiene tres y les echa terriblemente de menos porque se han quedado en la casa maternal mientras él desempeña ese trabajo, no sé si de forma temporal o cubriendo una suplencia o buscando permanencia para traerse consigo a los mininos. Hubo buen rollo pero tampoco tanto como para preguntarle por sus circunstancias laborales), así que se dispuso a encontrar la forma de abonarme mi, a estas alturas ya, famoso cheque. Llamadita por aquí, e-mail por allá, más llamaditas, más buscar información, más mails… para llegar a la conclusion de que no me lo podían hacer efectivo, una hora después. Señalo y dejo constancia, sin querer ser prepotente, que mi tiempo (y el de cualquiera de ustedes) vale bastante más que el importe del cheque. Y si prueba usted a ir a su banco, me dice el buen hombre. A lo mejor allí no le supone tantos inconvenientes. Digo, bueno, vale. Gracias por su ayuda, blablabla. Por favor, si no se lo hacen efectivo, vuelva por aquí a ver qué podemos hacer. Olé chaval, viva tu madre, no soy cliente tuya pero me has tratado como nunca me han tratado los mamarrachos de la oficina con la que trabajo desde hace más de veinte años. Me dirijo hacia “mi” banco pensando en mandarlos a la mierda y cambiar la cuenta y los dineros al banco donde trabaja este señor. Llego allí y expongo OTRA VEZ toda la historia del bendito cheque. La chica lo mira y dice, poniendo cara de buffff, “oye Fulanito (director del banco) tú has visto alguna vez un cheque como este?”. Y él, a ver, pásamelo. Lo mira, lo remira. Que no, que no se lo podemos abonar aquí. Mejor váyase otra vez al BBVA para que allí se lo hagan efectivo. Vale, muy bien, buenos días, ya que sois patéticos al menos me habéis robado “sólo” diez minutos de mi tiempo.


Regreso al primer banco. El chico me ve y me hace una seña para que vaya hasta su mesa, sin colas. Me pregunta. Le contesto, pone cara de rebuffffffff y se dice interiormente que por sus cojones ese cheque se hace efectivo sí o sí. Más llamadas, más e-mails, más de todo, más charla. Al cabo de otros buenos cuarenta minutos me dice si tengo algún recado que hacer por ahí. Le digo que sí. Me dice, pues si quiere, hágalos y a ver si mientras soluciono esto. Que si no me importa dejar allí el cheque y la carta. Y yo, no, no, para nada (ya ves, si fuera un décimo premiado de la lotería te lo iba a dejar a ti, salao, pero el cheque que me tiene hasta el mismo moño ahí te queda. Suerte). Me voy, hago todaaaaaaaaaas las cosas que tenía pendientes para esa mañana y vuelvo al banco. Hay avances!!! Ha encontrado otro cheque igual que el mío, creo que en Málaga. Oleee, ya tenemos una pista. Ah, pero es que aquel tampoco lo han podido pagar. Pues estamos bien. Más llamadas, más e-mails y decido irme a casa, dejarle allí el cheque y la carta y que haga lo que pueda. Le doy las gracias y mi número de teléfono. Si hay noticias, please, me lo comunicas. Sí, ya nos tuteamos, creo que eso al menos nos lo hemos ganado. Perdona por las molestias. Nunca me había pasado algo así. Nada, hombre, tranquilo. Tú has hecho lo que has podido.


Llego a casa de una mala hostia considerable, dispuesta a poner a los de Correos de vuelta y media. Cojo la fotocopia de la carta que me hizo el chico del banco, busco el número y llamo (probablemente hasta esa llamada haya costado más dinero del señalado en el importe del cheque, pero me da igual, ya es cuestión de principios). Me atiende una mujer bastante sosa, todo hay que decirlo. Le explico la historia de pe a pa, que no he podido cobrarlo en mi país de residencia, pero tampoco en España, ni en mi banco ni en el librador del cheque. Qué raro, dice. “Oye Isabel…”. Se vuelve a poner al teléfono y me dice que les envíe el cheque y mi número de cuenta (a poder ser en España, por los gastos, me dice), y que me harán el pago mediante ingreso a cuenta. Buenos días y adiós. Muy agradable debes ser tú, reina… a la hora de comer! Envío la carta y llamo al chico del banco. Le cuento la película. Me pide disculpas nuevamente, en su nombre y en el del Banco. Entiende que es un atropello y me desea suerte. Me va a hacer falta. El dinero todavía no ha llegado a mi cuenta.


Soy cabezona y cuando algo se me mete en la cabeza no paro hasta que lo consigo. Todo este zipizape, vive dior, no lo vale el cheque ni el que lo fundó, pero es MI dinero. Y me pregunto, cuántos españoles vivimos fuera de España? Cuántos hemos ejercido nuestro derecho al voto en las pasadas elecciones? Cuántos han pasado por lo mismo que yo al cobrar el cheque? Quién se está quedando ese dinero??? Porque la cantidad que a mí me corresponde es ridícula, sí, pero esa cantidad multiplicada por todos esos españoles residentes en el extranjero debe ser, cuanto menos, escalofriante.


Si ese dinero quedase para las arcas del Estado y con él se hiciesen cosas buenas pues mira, tira que te vas, que se queden con lo que a mí me corresponde. Pero el problema es que yo no sé quién se lo va a quedar ni en qué concepto. Además del hecho de que se supone que la ley nos garantiza una gratuidad que no es cierta. Nos están engañando??


En fin, que si no lo suelto reviento. Prometo teneros al día si se producen novedades, algo que, por otra parte, dudo bastante. Quizá el cheque y su importe estén en el fondo del mar, como las llaves…