Het beste idee van Nederland

Het beste idee van Nederland (la mejor idea de Holanda), es el nombre de uno de los programas de televisión que más gratamente me ha sorprendido en los últimos tiempos. El sábado terminó la segunda temporada de las que vimos nosotros, aunque el programa empezó en 2005 (las dos primeras temporadas creo que eran sólo para estudiantes técnicos, en otro canal de televisión, ahora es en SBS 6, y con muchísima menos audiencia). Consiste en convocar, en principio a los holandeses, para que inventen, para que creen utensilios, aparatos, máquinas o cualquier otra cosa que crean necesaria y que les gustaría encontrar en las tiendas. El premio para el ganador es de 25.000 euros y un contrato para que su producto llegue a las tiendas (cobrando, obviamente, por las ventas). Hasta ahí, se puede decir que es, cuanto menos, original y que, en comparación con Gran Hermano (otro “invento” holandés) sale ganando, claro que esto es una opinión personal. Tiene tanto éxito que en la final de este año hubo hasta mensaje del Ministro Presidente, Jean Peter Balkenende (nuestro Harry Potter particular). El principio de temporada es anunciado a bombo y platillo, como podeis ver en el vídeo.

No se meten con nadie, no critican lo que hace fulanita o menganita (bueno, el jurado sí, que para eso está, pero critican el objeto, no a la persona), sino que se dedican a promover (y premiar) la capacidad inventiva e imaginativa del personal. Este año han conseguido 3851 “inventos” o ideas. Algunos, que ellos llaman bizarros, son lo peor, todo hay que decirlo, pero es que aquí, como en todas partes, hay gente que por salir en la tele es capaz de cualquier cosa. Como ejemplo, uno que presentó un “mecanismo” (ya hay que echarle imaginación para llamarle a “eso” mecanismo) para proteger tu bebida del sol! Tócate los pies. En una especie de bandejita de madera, colocó una hendidura para situar una pieza vertical y que así la sombra mantenga fresca tu bebida. Tiene que haber de todo en este mundo...

Hay todo tipo de ideas, algunas de ellas totalmente originales, otras que no lo son tanto. Una vez inscritos como concursantes, son invitados a la presentación. Disponen de un minuto para convencer al jurado de que su idea merece ser la mejor de Holanda. Hay quien no sólo se curra (y mucho) el producto, sino también la forma de presentarlo, como el muchacho que creo la bici-caravana.

En la edición del pasado año hubo ideas realmente buenas (una de ellas, y que no ganó, me encantaría encontrármela en las tiendas, pues era una forma sencilla, rápida y eficaz de limpiar las “persianas verticales”... y parecerá una tontería, pero cuanto tienes un montón de ellas la cosa adquiere carácter de imprescindible). El ganador de la pasada edición fue un hombre que ideó un sistema (genial!!) mediante el cual cuando un coche sufre un accidente y cae, por ejemplo, a un pantano, a un río... al agua, vamos, los cinturones de seguridad se sueltan al contacto con el líquido elemento. Parece una cosa de perogrullo, pero no lo es. A mí me da pavor absoluto morir ahogada dentro de un coche. Es una de las pesadillas que no he conseguido alejar de mi mente. En el programa del sábado, nos contaron que ya están con las últimas pruebas y que dentro de poco saldrá al mercado. Ahora sólo falta una normativa que obligue a que el sistema esté presente en todos los coches, no vaya a ser que con el producto en el mercado justo me toque caer al pantano en un coche que no lleve instalado (lagarto, lagarto).

Las eliminatorias previas no las ponen todas (sería interminable, y aunque creo que el programa tendría una audiencia más que apetecible, llegaría a cansar), pero este año han agregado una sección, no muy larga, de las diez ideas más bizarras (para mear y no echar gota). Van pasando rondas y en cada ronda el invento va mejorando para llegar a la final, a la que sólo pasan seis creadores, y en la que ya intervienen “entendidos” que van dando otro toque al producto. Los de este año han sido estos, y sus ideas van desde una especie de gel (ecológico y respetuoso tanto con nuestra piel como con el medio ambiente y los animales, a los que también se les puede "duchar" con él... lo primero que pensé fue que tal vez hubiera sido eficaz con las pobres víctimas del chapapote...), capaz de eliminar los restos de grasa (de motor, de cadenas de bicis, de mil cosas) pintura y otras sustancias de una simple pasada, hasta objetos especialmente pensados para los peques de la casa, como una “silla” especial para niños de seis meses a cinco años, para que, por ejemplo, puedan “ayudar” en la cocina sin peligro de accidentes o la babytortuga, que no es otra cosa que un protector extra para los bebés, cuando van en esas mochilillas tan graciosas en las que los cargan sus papás: puede evitar accidentes, como caídas de la bici (aquí es de lo más normal que lleves al bebé colgado en tu pecho mientras pedaleas) o para evitarle golpes cuando caminas por lugares como mercados, el metro... pasando por una estantería que se hace mesa o viceversa.

Es el jurado quien decido qué ideas pasan a la final, pero llegada ésta, el público toma la palabra (se hace vía sms, que la pela es la pela). Al final del recuento quedaron dos finalistas. Uno había creado un ingenioso aparatejo que, colocado en la pata de una mesa hace que esta nunca cojee (lo siento por José A. Pérez). Y tiene su cosa, porque el hombre colocaba objetos como baldosas debajo de una de las patas, y la mesa seguía igual de estable que cuando estaba “en llano”. Para las terrazas de los bares, especialmente en calles de piedra, por ejemplo, sería genial.

La historia del ganador de este año me ha conmovido, y no sólo por la sencillez y creatividad del invento. Su creación consiste en un sencillísimo (ahora que lo hemos visto, claro) mecanismo mediante el cual los bastones (cayados, báculos, cachavas, cayadas) que usan nuestros mayores, y algunos que no lo son tanto, queden sujetos a una superficie (una mesa, por ejemplo) y no se caigan (algo que hacen impepinablemente, quizás por aquello de las leyes de gravedad), con la molestia que eso produce a sus portadores. Creo, aunque esto no lo entendí muy bien, que también serviría para las muletas.

La idea surgió para ayudar a la mujer del inventor, Fons Marcus (en la foto de arriba con uno de los presentadores del programa), que necesitaba hacer uso del cayado y que, por lo visto, solía caérsele con más frecuencia de la deseada. En pleno proceso creativo la buena mujer falleció, pero su marido siguió adelante, pensando que otras muchas personas podrían beneficiarse de su idea. Fueron pasando rondas y el invento seguía pasando con ellas. En uno de los últimos programas (que fue cuando empezamos a verlo esta temporada, que con tantas vacaciones no han sido sólo post los que me he perdido) presentó el objeto no el creador, sino un familiar suyo (que es el que sale en la imagen que os he puesto de los finalistas). El buen anciano estaba ingresado en un hospital. Cáncer de pulmón. Tuvieron que comunicarle por teléfono que seguía en la siguiente ronda.

En cada semifinal (hay dos), pasan diez concursantes. Nuestro amigo fue uno de ellos, pero él ya no tuvo opción de saberlo, ni siquiera por teléfono. Había fallecido. Todos estos programas, menos la gran final, son grabados, así que toda Holanda debió paralizarse (yo al menos lo hice) al leer sobreimpresas en la pantalla las letras que así lo decían. Al final ganó su producto que, creo, podrá llegar a tener muchísima utilidad, aunque él ya no pueda verlo. Que en paz descanse.