lunes, 24 de marzo de 2008

Egipto, primera parte

Cuando la vida nos da un buen golpe nada hay que lo mitigue mejor que un viaje, quizás intentando no ver la realidad, quizás tratando de evitarla. En 2004 los cimientos sobre los que he basado toda mi vida se vinieron abajo, tan abajo que todavía no me he recuperado del todo. Para intentar animarme, mi Costillo me regaló el que ha sido (y probablemente será) el viaje de mi vida: EGIPTO. Volamos de Amsterdam, a El Cairo y desde allí, utilizando casi todos los medios de transporte habidos y por haber, recorrimos buena parte de ese país sin parangón: Giza, Sakkara, Menphis, Dashur, Karnak, Luxor, Esna, Kom Ombo, Edfú, Aswan, Philae, Abu Simbel y Hurghada.

La ciudad de EL CAIRO es un mundo en sí misma. Caótica, superpoblada, con un tráfico imposible, y a pesar de todo, te encierra y querrías no salir de allí. Las mezquitas, el Zoco donde puedes perderte en sus calles o sentarte tranquilamente a fumar una shisha, su cementerio sefardí, la Ciudadela de Aladino, y un largo etcétera hacen de ella una ciudad realmente especial.























Las casas de perfumes, en sus deliciosas botellitas de cristal tallado, los puestos repletos hasta el cansancio de figurillas imitación de las grandiosas obras de arte, los tapices, los olores...




GIZA

Sin apenas salir de Cairo, esta llanura en medio del desierto encierra las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos (la única de las siete maravillas del mundo que aún se mantiene en pie), a las que acompañan en su eterno silencio la impresionante Esfinge, otros templos y algunas pirámides más pequeñas.


















No es descriptible la sensación que sientes cuando te enfrentas a la grandeza de estas construcciones. Puedes haber visto mil documentales, haberte empapado de información, y aún así, cuando llegas a Giza sientes que ninguna imagen de las que has visto les hace justicia. Verlas en vivo y en directo es algo que nadie debería perderse. El paseo en camello y una buena dosis de imaginación pueden hacerte sentir uno de aquellos antiguos egipcios.


Es posible, aunque poco recomendable para claustrofóbicos, entrar en alguna de las pirámides. La experiencia es escalofriante, te hace retroceder en el tiempo y admirar el talento de aquellas gentes (y eso a pesar de que dentro ya no queda nada de lo que hubo en su día).















SAKKARA



necrópolis de la capital, Menphis, constituye un excelente complejo funerario del que destaca la pirámide escalona de Zoser (mi favorita y la única escalonada del mundo antiguo). El conjunto resulta sobrecogedor, ya que actualmente siguen trabajando y encontrando nuevos hallazgos. Es tan inmensa esta necrópolis que temblé sólo en pensar qué misterios se esconderán aún bajo su arena. Esa curiosidad sólo puede compararse con las ganas que tengo de volver, para ver lo que han desenterrado desde que estuvimos allí. Por algo sigue siendo una de las zonas favoritas de los arqueólogos.















MENPHIS





MENPHIS, que fue una gran capital, es ahora apenas un pequeño recinto, que engloba unos jardines con algunas figuras, partes de templos y una nave donde reposa el gran coloso de Ramsés, realmente impactante, y que hace la visita recomendable.






El Museo Egipcio es IMPRESIONANTE. No sabes hacia dónde dirigir la mirada, ya que allá donde fijes tus ojos encontrarás otra maravilla, "colocadas" sin orden ni concierto, te da la sensación de lo que significa Egipto, el antiguo Egipto, de la inmensa riqueza que albergaba, ya que a pesar de lo saturadas que están todas las salas, son casi infinitas las riquezas albergadas en los almacenes.


A pesar de tener que pagar casi en cada estancia (pagas a la entrada del museo, pero además, si quieres ver momias, pagas, si quieres ver según qué salas, pagas), la visita es inevitable


La sala de Tutankamon nos dejó sin aliento, a pesar de las inmensas colas, la espera merece la pena. El detalle con el que cada pieza está labrado, la prodigalidad de artilugios, las vasijas mortuorias, los diferentes sarcófagos...

Continuará...

2 comentarios:

Unknown dijo...

holaaaaaaaaaaaa
la llamaban la que se enamoró del Cairo(en los mejores cines) si algún dia puedo ir,te llevo conmigo y así ya me enseñas todo lo que tú sabes y nos los podemos pasar Piruleta(que diria la tia Rosi)Prometido queda¡
besazos aladínicos

BIRA dijo...

Pues quiera Buda que te toque la primitiva y me lleves contigo, porque no tengo ningún inconveniente en volver. De hecho, vive Horus, que volveré (que han descubierto muchas cosas desde que estuve).

Besazos blancos!