jueves, 29 de enero de 2009

De fuera vendrán que de casa me echarán... o no!

Snake, como bien sabeis todos, es un callejero. Pero en el sentido más literal de la palabra. No sólo fue allí donde le encontré, sino que es el lugar donde más feliz se siente -si exceptuamos, claro está, mi sillón favorito, que lo es también suyo, y de Bonnie, así que andamos todo el día a la griesca a ver quién lo pilla primero. Y es que yo, que soy rara y egoista, con mis gatos siempre acabo cediendo. Así que, aunque mi espalda me mate y me muera de ganas por sentarme en “mi” sillón, si está en él uno de estos dos monstruitos, me jodo y me aguanto, y sigo sentada en la misma silla... -. El caso es que aunque hiele tanto que todo amanezca cubierto por un manto blanco, el minino TIENE que salir.

Decir que tengo complejo de Emilio es decir poco, porque hay días que poco más puedo hacer que abrir y cerrar la puerta cientos y cientos de veces. Quién dijo que yo no tenía paciencia?

Hace unos meses escuché en la terraza unos ruidos muy extraños. Salí a ver qué era lo que pasaba, porque mi intuición me decía que Snake tenía algo que ver en ello. Y en efecto, así era. Salí y me lo encontré acojonadito perdido con la espalda pegada a la pared mientras otro gato de dimensiones similares a las suyas (mi animalico ronda los 10 kilos) boxeaba con él. Decir con él es decir mucho, porque Snake a lo más que llegaba era a esconder las patitas en su tremenda barriga. No sin un puntito de vergüenza por su cobardía, saqué al gato invasor de nuestros dominios, como madre preocupada por la poca valía de su hijo al que le tiene que sacar siempre las castañas del fuego. Me encabronó bastante, la verdad, porque las peleas que tiene en casa con Chipie son épicas, y a veces parece que se van a matar... aunque sólo estén jugando y la única damnificada sea yo, que tengo que ir recogiendo los mechones de pelos que dejan por todas partes.

Ha pasado el tiempo y Snake ha ido haciéndose adulto. Ya no es el niño alocado que corría sin saber por dónde. Bueno, esto sigue haciéndolo, pero es que a este gato se le va mucho la pinza. El caso es que un día de estos volvió a aparecer el gato invasor. Con sus dos bemoles llego, escogió un lugar soleado de la terraza y decidió echarse a dormir la siesta. Snake, que estaba por allí paseando, no salió huyendo, sino que se dedicó a observarle. Se pasó un tiempo que a mí me pareció infinito haciéndolo. Poco a poco iba acercándose un poco más al invasor, con pausa, con mucha astucia (este gato piensa que puede pasar desapercibido, pero ya os digo que con su tamaño esto es poco menos que imposible), iba ganando posiciones. Y yo observando. Y el invasor miraba a Snake y luego me miraba a mí, y viceversa, como recordando aquella ocasión en que la mamá tuvo que socorrer al cachorro. Y Snake se acercaba. Y el invasor no se movía... hasta que observó que mi “hombretón” estaba demasiado cerca y decidió irse con el rabo entre las piernas. Recorrió toda la terraza maullando como si se le hubiera muerto la madre, que encogía el corazón escucharle. Mucho cuento es lo que tiene este bicho. Desapareció de mi ángulo de visión y vi cómo Snake recorría todos los lugares para encontrarle. No hubo forma.



Seguí con mis cosillas y a las dos horas, aproximadamente, el invasor había vuelto. Pero qué se le ha perdido a este tiparraco aquí?, pensaba yo aturdida. Dio un montón de vueltas hasta llegar al objetivo: el lugar más cálido de toda la terraza, que no es otro que la esquina de la misma, donde tenemos una enredadera que ahora son sólo palicos, pero que se pone preciosa en verano, y que ha sido guarida de ni sé ya los gatos. Boo dormía ahí antes de encontrarnos. Snake, al otro lado de un gran charco, le miraba con ojillos de envidia, porque a él también le encanta ese lugar y, cuando hace sol, se pasa allí horas tumbado, como si estuviera en Benidorm. Entonces se me ocurrió escribir este post, o más bien el título: De fuera vendrán que de casa me echarán. El reloj siguió a su ritmo y yo a mis tareas, y cuando salí a la terraza para ver cómo estaba la situación, me encontré a los dos pipiolos compartiendo solarium!! Así que tuve que añadir el “O no”, eso sí, con la alegría de saber que el gato invasor ya no acojonará más a mi Snake, que se está haciendo “un paisano”.

27 comentarios:

Chicho dijo...

Dos no pelean si uno no quiere...así de simple jeje y en este caso tu gato piensa así...

Anita dijo...

ays que me chiflan tus historias de gatitos...ten cuidado que de los gatos como de los hombres no siempre te puedes fiar...

besitos

Casta dijo...

Una duda, que haces cuando se pelean??? porque en mi casa de vez en cuando se montan unos zafarranchos...

Nils dijo...

el gato invasor no tiene casa o qué?

La chica de ayer dijo...

Si no puedes vencerlo: UNETE A EL!!!!

Stultifer dijo...

Mi gata tiene 14 años es negra y pesa dos kilos y medio. Es decir: es como un trapillo de cocina. Nunca sale del jardín ni se escapa y anda con cierto cuidado.
Una tarde encontgró a un invasor tomando el sol entre el seto. Dos segundos. Erizó todo el pelo, pegó un alarido terrorífico, asustó al invasor que salió corriendo y se llevo un arañazo inolvidable como para no volver a aparecer por sus dominios. Menuda es la pequeña.

Thiago dijo...

HJAJ CARI, ya sabes lo mucho que me identifico con Snake, es igualiño que yo... Y entonces es que el invasor (bueno, ahi te has pasado pq pienso en esa serie que se llamaba V y me entra miedo a mi tb. jajaj) se ha enamorado de mi, cari... bueno, de Snake.

Es que soy un gatigay, lo sabías, no? jajaja

Bezos.


P.D. que tal estás cari? espero que tu al menos me digas que bien, que este año viene mal dao,en fin.

mas bezos.

Doctora dijo...

Pobrecillo,el gato invasor debe pensar que tu casa es una pensión felina :)

Anónimo dijo...

¡Hola Bira!

¡Muchas gracias por todos tus comentarios! ¡Y me alegra que estás algo mejor!

Estuve dudando en darte el premio de las mamás, y ahora me estoy arrepintiendo...

Mi madre es como tú, vive en un piso pero cuando va a la casa de campo de Talavera tiene allí todos los gatos del vecindario, parecen una piara. Lo que tan bien cuentas a veces yo lo he visto también allí, simplemente se toleran y cada uno a lo suyo. Los gatos son encantadores, pero van a su bola, y te buscan sólo por el interés, pero son tan monos...

¡Un besazo! ¡Cuidate mucho!

Siempre es un placer leer tus comentarios, más placer todavía leer tus posts.

MIGUEL

gaysinley dijo...

Que graciosa la crónica de tus gatos... te imagino ahí pacientemente observándolos en sus andanzas gatunas... vaya reportaje con fotos de los mejores momentos y todo!

Un besazo wapa!

Conxa dijo...

Snake, que no es nada tonto, ha decidido aliarse pacificamente con el invasor y tener compañia no humana.

¿Estas mejor buena moza?

Anónimo dijo...

pobre snake que miedo debio pasar no? un besazo voy a segiir tudiando muaks

LaLocadelMoño dijo...

Yo también tengo una invasora, se trata de una gatita tipo Garfield, que baja del balcón de al lado, Harry quiere jugar con ella, pero claro gatos y perros, no es del todo homogéneo así que la gatita, se queda sentda en el muro plácidamente mientras el otro dá vueltas sobre sí mismo, loco por jugar.
Me han encantado las fotos de tus mininos, preciosas.
Besucos!

Laura dijo...

Hola, he leído todos tus post, aunque no me da tiempo de comentártelos todos.
Me encantan las historias de tus gatos.
Besos.

JAAC dijo...

Al final acabarás teniendo que darle también de comer al invasor... cuidado, que entre unas cosas y otras te veo con un albergue para gatos ;-)

tertulias para perogrullos dijo...

Si es que como son los gatos... hacen como nosotros, mucho aparentar, pero al final gato maullador poco mordedor jajaja
Lo que si que veo es que tú con tus gatos te lo pasas pipa jajaja, anda que no te dan que hacer.
Lo que no pillo es lo del complejo de Emilio, y mira que me gustaba Aqui no hay quie viva jjeje

SOMMER dijo...

A buenas horas mangas verdes¡¡¡¡

Tu perro se está amariconando. Te lo digo yo¡¡¡¡¡¡¡

yoyoyo dijo...

tocan gatos pues. ya las peiné y las tienes en perfecto estado de revista. Un beso

Carabiru dijo...

Snake es tremendo!

10 kilos! bufff es el gato definitivo, mi abuela tenía uno así de enorme, se llamaba Luís (ya ves, las abuelas son tradicionales en cuanto a nombres, jejejej).

Lo bien que te lo pasas con ellos!!

Anónimo dijo...

¡Hola Bira! Añoro tus posts, a ver cuando te animas... por cierto, espero que estés mejor de la espalda.

Un besazo!!!

MIGUEL

anselmo dijo...

Uyuyuyuy, que veo una nueva boca que alimentar

Anónimo dijo...

Qué me gustan los gatos mimosos jejej y qué bonito que es el tuyo!

Besoso desde tu africa querida!

BIRA dijo...

CHICHO, eso es la teoría. Aunque tú no te defiendas, te pueden moler a palos....

ANITA, gracias! En el mundo gatuno sólo me fío de Boonie y de Chipie. Snake es más falso que una moneda de tres euros!

CASTA, te lo he explicado en tu blog, jeje. Zafarrancho de combate el que tenemos aquí con Chipie y Snake. Menos mal que mi Boo se va librando (aunque no siempre).

BIRA dijo...

NILS, lo que no tiene es verguenza! Porque gordo está como un cebollo, así que casa supongo que tendrá.

LA CHICA, eso debió pensar Snake. Si es que es más listo!!!!!

STULTI, qué ricura tu gatica, tan chiquitina!! Pero con carácter, haciéndose valer. Según la describes me recuerda a una que tiene MamáCostillo, Saba, pero esta es más jovencica. Pequeña y con un carácter que no se le pone por delante ni dios!

IAGO, cómo que me he pasado!! Cómo le llamarías tú a alguien que viene a TU terraza a tomar el sol (el poco que hay) como si estuviera en la suya y ENCIMA acojona a tus gaticos? Me he quedado corta. Este gataco es peor que la Diana aquella comeratones, jaja. Y sí, tú algo de gato también tienes, eh!

BIRA dijo...

DOCTORA, y si fuera él el único que lo piensa!

ANAPEDRAZA, tu Madre seguro es una bellísima persona. Yo soy algo peor, pero mira, compartimos amor por los mininos. Boo es el único gato que conozco que no es arisco ni egoista y que no sólo puedes darle mimos todo el tiempo que quieras, sino que también él te los da. Un amor. Gracias por tu preocupación y por los elogios, me he puesto colorá!

GAYSINLEY, si es que vivir con estos es como hacerlo en un documental. Si tuviera más paciencia, me darían material para un libro!

CONXA, estoy mejor sí. Snake es más listo que el hambre. Imagino que pensaría que la única forma de disfrutar del rinconcito de sol era compartiéndolo!

BIRA dijo...

NOELIA, este día no, pero cuando el gataco le daba puñetazos acojonadico perdío que me lo dejó, pobre! Suerte con los exámenes.

WEBLARA, espero que no sea tan descarada como Garfield, jeje. Los perros y gatos pueden llegar a pasárselo en grande. MamáCostillo tiene varios de cada y se pegan unas panzadas de jugar tremendas.

LAURA, pues vaya panzada has tenido que darte, cari! Gracias.

JAAC, no, no, que con tres y la Puti cuando viene ya voy servida. Además este está muy gordo y tiene pinta de comer como un toro, quita quita.

BIRA dijo...

TERTULIAS, lo de complejo de Emilio va porque él era el portero del edificio, y yo a veces no hago más que abrir y cerrar la puerta, a antojo del señor Snake.

SOMMER, mi perro??

YOYOYO, me han encantado las fotos que has puesto. Gracias!!

CARABIRU, es un toro! Casi me matas con lo de “el gato definitivo”jajaja, qué bueno!. Qué te voy a contar de lo que hacen disfrutar estos bichejos? :P

ANSELMO, no, no, que tiene pinta de comer mucho!

YERAY, entonces Boonie te encantaría, porque es la cosa más mimosa de este mundo. Y no sólo recibe, también da mimos! Una gozada.

Mil besotes para todos y gracias por pasar por aquí!