Un poco de aquí y de allá

Estoy apática. Tengo tantas cosas en la cabeza (y tan pocas buenas) que no me ha apetecido escribir; como me ha comentado Iago*, ni siquiera de Nadal!! Vi el partido y disfruté cada minuto, sabiendo que el título sería “nuestro”. No porque piense que Federer es un “matao”. Está muy lejos de serlo. Sigue siendo uno de los mejores deportistas (y no sólo al tenis me refiero) que ha dado la Historia. Y le queda mucha guerra que dar. No. Lo que pasa es que Nadal está en otro nivel y parece crecerse siempre ante la adversidad. Ni las cinco horas de guerra con Verdasco, ni el calor asfixiante, ni el hecho de no haber ganado nunca allí podrían tumbarle. Lo sabía desde el principio, así que se me quedó cara de “bueno” cuando acabó el partido. Hasta el Costillo me preguntó si no estaba contenta. Claro que lo estaba. Este chico saca lo mejor de mí y me ha regalado tantos momentos buenos que es casi como de la familia, pero mi cabeza no estaba para celebraciones. Nada más.

Me partió el alma ver balbucear a Federer mientras no podía contener el llanto. Fue como ver a un dios caído al lado de otro emergente que no parece conocer límites. Nadal, nuestro nada, se comportó con la humildad y deportividad de la que ha hecho siempre gala y creo que tampoco él disfrutó tanto del triunfo como otras veces. Las dos caras de la moneda, los dos frentes de la vida, la victoria y la derrota, en una sola foto. Brutal. Comentaba Casta en uno su último post que los suizos lo llevan fatal y que tachan a Nadal poco menos que de matón a sueldo. Bueno, cada uno se consuela como puede, no?

De todos modos, los de El País, lo han contado con bastante más gracia que yo (y además me "han facilitado" las fotos).

Hoy tampoco iba a escribir nada, pero he estado echándole un ojo a la prensa y he visto una noticia que me ha llamado la atención y me apetecía compartirla. Es esta.

No sé si el libro llegará a estudiarse en los institutos tal y como se pretende, pero desde luego ya va siendo hora de que la Historia de nuestro país se estudie sin recovecos, sin medias tintas, llamando a las cosas por su nombre. El pueblo español tiene una capacidad inmensa de comprensión, es generoso como pocos, pero gran parte de él se sigue negando a admitir que las cosas no son como pretenden contárnoslas, que hubo mucho más, y que son muchas, demasiadas, las familias, que siguen sin poder pasar página.

* le había mal acostumbrado a publicar el post poco después de finalizar los partidos.