jueves, 30 de octubre de 2008

Este blog es monumental!!


Y no lo digo yo, no, que ya sabeis que siempre me voy poniendo a parir a mí misma. Y mi Madre dice que debería valorarme más pero a mí no me sale. He sido siempre así y no voy a cambiar a estas alturas. Quita, quita, que igual me da por cambiar para peor y la tenemos. No. Esto lo dice Yeray, desde el blog de los playmobiles! Resulta que nuestro amigo ha recibido la friolera de 10.000 visitas (me ha dejado muerta, amén de intrigada, que sepa quién es cada visita... no, no es que el muchacho no tenga otra cosa que hacer que pasarse el día jugando a quién es quién con sus comentaristas, pero resulta que sabe exactamente quién es la visita número 10.000). A mí esas cosas me intrigan muchísimo, me parecen como de otra dimensión y tengo miedo a adentrarme en el conocimiento de tamañas cuestiones, no vaya a ser abducida por seres inteligentes de otros planetas. Soy muy torpe y las cosas de la informática me saturan antes de empezar. Veo por otros blogs cosas chulísimas que me gustaría poner en el mío, pero por pereza, torpeza y temor, especialmente temor, a cargármelo todo, sigo babeando por las casas ajenas sin atreverme a darle una mano de pintura a la mía. Ains.


El blog de Yeray es de esos que tienen personalidad propia. Aquí, por ejemplo, yo hablo de cualquier cosa, de lo que me apetece en ese momento, o de las cosas que puedo y me apetece contar en cada ocasión. Allí sea el tema que sea (y son muchos los que se tratan) siempre van acompañados de unas fotos espectaculares... hechas con playmobiles! Es la caña. La primera vez que le visité me invadió totalmente la ternura, recordando las horas y horas que me pasé de pequeña jugando con esos "paisanines". Que sí, que aunque algunos piensen que soy más vieja que Matusalén, soy de la época playmobil, aunque por aquel entonces les llamábamos los clicks de famobil. Ahí es ná!


Además, para terminar de cuadrar el círculo, el premio ha llegado en un momento en el que "lo necesitaba". Y es que el premio es por compartir mis viajes con la blogosfera y yo, que siempre temo dormir hasta a los insonmes con mis textos kilométricos, pues no sé, pero me veo animada a seguir. Quizás la mayoría de los que pasais sólo veais las fotos, quizás la cantidad de horas que me echo para parir un post no alcancen para que la gente se detenga en esta casa más de cinco minutos, quizás los tochos sean infumables y esteis todos hasta los bemoles de África, pero con que uno, sólo uno, disfrute de ellos como he disfrutado yo, ya me compensa el haberlos escrito. Así que... lo siento por vosotros, pero todavía queda mucho safari por contar! Y ahora no tenéis que echarme la culpa a mí, que se la lleve Yeray que tiene mejor espalda!!


Felicidades Yeray por tu blog y por el gran número de visitantes que tienes. Y muchísimas gracias por el premio!!

miércoles, 29 de octubre de 2008

Domingo, 14 septiembre 2008: DÍA 6. NGORONGORO

Tras un paréntesis (en parte para dejaros descansar, en parte por descansar yo) volvemos a Tanzania. Nos habíamos quedado en el Ngorongoro Serena Lodge. Tras el espectáculo de los masais y el “show” de los hindúes, cenamos, tomamos los cafés de rigor y nos fuimos a la cama. Esa noche la pasé mal, muy mal. Medio dormía a ratos, soñando tonterías, veía autos plateados (del libro que había estado leyendo) por todas partes, que se mezclaban con seres de otros planetas... una cosa rara os digo. El estómago me dolía como si uno de esos seres se hubiera instalado allí dentro... para quedarse. Me levanté hecha polvo, con la boca del estómago cerrada y con el cuerpo como si me hubieran dado una tremenda paliza. Para colmo de males, el Costillo tampoco se encontraba bien y lo suyo eran palabras mayores. Y habíamos quedado con Amir para bajar al cráter!! Y no queríamos perdernos esa experiencia por nada. Nos tomamos un café, incapaces de meter nada sólido en el cuerpo y decidimos arriesgarnos a ir. Entre otras cosas porque no sabíamos cuándo podríamos volver allí, porque habíamos estado demasiado tiempo planeando el viaje y porque no queríamos irnos con la sola imagen de la vista del cráter representando la Nada, como lo habíamos visto en el viaje de ida hacia Serengeti. Vamos, que hicimos caso a eso de ya descansaré cuando me muera.

Primero desde la habitación y después desde las inmensas cristaleras del restaurante observamos la inmensidad del cráter y la espesísima niebla que lo cubre. No están los ánimos para hacer fotos (de lo que me arrepentí más tarde). Sólo falta que con el cuerpo que tenemos hagamos el viaje para nada. Amir ha dicho que el cráter no habrá niebla, que podremos ver bien a los animales, porque como apenas hay árboles, es más fácil localizarlos que en otras partes. Además estamos “yo y mi vista de aguilucho”, pero hoy no tengo el cuerpo para bailes y dudo de mi capacidad.


Nos ponemos en marcha. La pendiente de bajada es más que considerable, pero nos alegra comprobar que a medida que bajamos la niebla va haciéndose menos densa hasta llegar a desaparecer. Una vez más Amir tenía razón y en el cráter, sin niebla de por medio, vivimos horas apasionantes que hicieron que dejásemos a un lado nuestras molestias estomacales.


Volvimos a ver leonas y leones, ellos con sus melenas al viento y ellas con la vista siempre atenta, cuidando de la familia, preocupándose de los pequeños, vigilando aquella gacelilla que pasa por delante, echándole el ojo como posible menú del día (y después los hombres piensan que han inventado algo!). Sus bebés me encantan, son gatitos de garras poderosas a los que te apetece mimar, acariciar... claro que habría que ver de qué calibre son sus “caricias”. El cerval se dejó ver un poco más, aunque sus jueguecitos al escondite nos sacaban de quicio. Es un animal precioso, quizás uno de los felinos más bellos, pero se esconde tanto entre los hierbajos que es casi imposible tomar buenas imágenes de su carita. Las coronadas nos regalaron poses graciosas, aunque se negaron a abrir las alas para el objetivo. Eso se haría esperar.

























Vivimos una “pequeña” migración de ñúes y cebras, y digo pequeña no porque fuesen pocos, que a mí me parecieron una barbaridad, sino porque la gran migración todavía no había llegado. Amir nos explicó que, al estar en época seca, llega un momento en que los animales tienen que salir hacia otra parte del cráter en busca del líquido elemento. Y en esto, como los humanos, parecían domingueros de regreso a casa. Las hileras de animales parecían interminables pero eso sí, guardando un cierto orden. Todos siguiendo a ese que hacía el papel de líder.
























Desplazándonos por la llanura infinita, rodeada, eso sí, de inmensas montañas por todas partes, como si de una caldera gigante se tratase, llegamos hasta el lago y nos quedamos boquiabiertos y patidifusos. Era, de nuevo, tener la nada frente a tus ojos. Un blanco tan puro que parecía nuclear y te hacía casi daño al mirar. Rompían la blancura cientos de flamingos, con su tono rosado, y ponían la nota divertida un grupo de jabalíes. Como he dicho, ya había visto jabalíes en España, pero nunca tan cerca, nunca en “su” ambiente. Es graciosísimo cómo doblan las patas delanteras para agacharse a comer. Y es que, claro, tienen un hocico tan largo que si no doblan las patitas, lo tienen muy chungo para llegar a las viandas.














Los buitres y las hienas se dieron un festín ante nuestra mirada, entre alucinada y asqueada, todo hay que decirlo. Ellas terminan casi teñidas de rojo y resultan, si cabe, más siniestras. También encontramos otras caminando y algunas durmiendo. Pudimos, por fin, obtener un primer plano y darnos cuenta de que no son tan feinas como parecen... La cadena alimentaria aquí se cumple a rajatabla: el depredador caza y mata a la pieza, y es su grupo el que se da el festín (que para eso han hecho el trabajo sucio. Después vendrán los buitres, que para eso se la pasan en los árboles observando dónde hincar el diente. Las hienas, que serán feas, pero muy listas, siguen a los buitres para saber dónde pueden comer. Además de todo esto, impalas, gacelas, miles de pájaros, charcas absolutamente abarrotadas de hipopótamos, calaveras de animales que sirvieron de cena a algún depredador... parece increible que en la época seca, en la que parece no haber nada que meterse entre pecho y espalda, haya tanta vida. Y, hablando de vida, pudimos observar lo que queda, ruinas, de lo que fue la casa de un alemán solitario, que vivió allí durante muchos años, antes, claro, de que aquello fuese declarado Parque Nacional. Qué bemoles tienen algunos!


Hicimos una parada en un lago realmente hermoso, coronado por un árbol junto al que todos queríamos fotografiarnos. Allí aprovechamos para ir al baño (ya estaba bien de hacer “turismo bañeril” en la sabana), fumarnos unos cigarrines y observar que hay quien lleva kilos de oro hasta en el fin del mundo. Antes muertas que sencillas.


En una de las zonas donde más vegetación verde hay nos encontramos con un par de elefantes, comiendo al lado de la carretera. El tamaño de sus colmillos era impresionante. Amir nos contó que tendrían aproximadamente sesenta años. En ese mismo “oasis” hicieron nuestras delicias las cebras y otros elefantes más jóvenes, a alguno lo pillamos en la hora del "baño".













A la hora de volver, ascendimos la tremenda pendiente que separa el cráter de nuestro logde y nos encontramos con un papá babuino y unos “niños” tremendamente escurridizos. A pesar de encontrarnos fatal, nos fuimos de allí felices por la cantidad de animales que habíamos podido ver y con la imagen de la luna llena sobre el parque grabada para siempre en nuestra cabeza. No pudimos comer. Nos duchamos y nos metimos en la cama. Allí pasamos horas y horas, leyendo, durmiendo. La tarde avanzaba pero seguíamos encontrándonos mal, especialmente el Costillo. Le dije que porqué no llamaba al médico (yo es que soy muy fantástica de la vida, y creo que siempre está todo a tiro de piedra). Después de testarudear un buen rato (no comprendo la tremenda aversión que sienten los hombres a ir al médico, de verdad), llamó a recepción para saber si había algún médico que pudiera vernos. Le dijero que sí, que el doctor llegaría a las seis y que pasaría por nuestra habitación. El Dr. Eric, más largo que un día de mayo sin pan y tan agradable como todas las personas con las que habíamos hablado nos dijo que veníamos más que preparados y que lo que nos sucedía no era nada grave, sino más bien una mezcla de transtornos por el cambio de alimentos, el cambio de clima (el día anterior el calor era infernal y en Ngorongoro hace más bien frío... vamos, que nos vinieron fantásticos los polares), el estar tanto tiempo en el coche... Así que abrió su maletín y sacó unas tabletas de pastillas, que nos vinieron como caídas del cielo (vaya usted a buscar una farmacia en esa zona!). A mí, además, me recomendó no tomar cítricos ni picantes en unos días. Sin cenar, volvimos a la cama y dormimos como angelitos. Por lo visto las pastillas del Dr. Eric (que se convirtió en uno de los personajes más recordados del viaje, aunque, claro, no era plan de hacerle foto, cachis!) empezaron a hacer su efecto y, unidas al cansancio acumulado, al agotamiento de tanto bache y tantos kilómetros, debimos dormir la friolera de catorce horas. Mañana sería otro día!


Días anteriores: Día uno, aquí.Día dos, aquí y aquí. Día tres, aquí y aquí. Día cuatro, aquí. Día cinco, aquí.



Continuará...

Días de mucho...



...vísperas de nada!

Imágenes "prestadas" de google

domingo, 26 de octubre de 2008

De los premios y mi poca vergüenza


De ser una buena alumna del maestro Iago, siguiendo sus enseñanzas casi al pie de la letra (vamos, que ni tengo zapas plateadas ni se me ha pegado una pizca de la chispa que tiene para escribir), me viene el amor (desmesurado) por los premios. Siendo esto así he intentado buscar una explicación al hecho de no haber colgado (todavía!!!) los dos últimos que me han sido otorgados.

Buceando en mi cerebro y en lo que he hecho los días pasados se me ocurren varias "disculpas" más o menos aceptables:

1. soy vaga, y esto es algo notorio, vox populis, que diría el otro.

2. tras las vacaciones me encontré con que el amable Reader había marcado para mí cerca de cuatro cientos temas posteados por mis amigos blogeriles y que yo tenía pendientes por leer.

3. intentar resumir mis aventuras africanas, seleccionando y colgando fotos para hacer post que están muy lejos de ser resumen a los ojos de las personas normales y teniendo pendientes todavía la mayor parte de las vacaciones...

4. problemas personales que no vienen ahora a cuento

5. ocupaciones varias como el trabajo, la casa, el gimnasio y la cuidadosa ración de ensimismamiento que requieren de forma diaria mis continuas paranoias.

Estas y algunas otras que omito (que tampoco os voy a contar todo!) han sido las razones por las que hasta hoy no había colgado (aunque sí recogido y agradecido, que tampoco soy tan malqueda) los sendos premios (inmerecidos, sin lugar a duda) que Noelia, del blog El rincón de los sueños en su candidez, me ha concedido.
Noelia es una joven universitaria que vive este año la tremenda aventura que supone dejar el nido familiar para adentrarse en la oscura (amén de peligrosa) selva de las residencias universitarias, las fiestas de las diferentes facultades. Amante de los viajes y fiel amiga de sus amigos no merece este despiste imperdonable del que la he hecho objeto. Así que desde aquí te digo, bien alto, GRACIAS NOE!!
Uno de ellos es de esos premios en cadena que se pueden ir pasando a otras personas. Como he dicho, soy una malqueda, pero no siempre. Esta vez no voy a seguir las normas del juego (que he oído por alguna parte que las reglas sirven para romperlas). Cada uno de los blogs que figuran en la lista de la izquierda me gustan e intento visitarlos con frecuencia (aunque no siempre sea la que quisiera), así que sírvanse ustedes mismos.

De compras por Amberes

Ayer fue el cumple del Costillo. Pocas personas conozco a las que cumplir años les haga tanta ilusión. Es como un chiquillo y empieza a anunciar la llegada de tan importante fecha con meses de antelación. No importa si llueve o nieva, si hace frío o calor, ese día es el más importante del año para él y le encanta celebrarlo. A mí los cumples (los propios, digo) me hacían más ilusión antes, cuando recibía miles de llamadas y/o postales felicitándome. Ahora, “gracias” a algunas experiencias vividas, lo único que me alegra es poder cumplir años y que las personas que quiero sigan cumpliéndolos, sin hacerme mala sangre porque fulanito no me felicitó o menganita lo hizo con un mes de retraso (aunque confieso que me sigue doliendo). Y es que yo me hacía muy mala sangre, y eso no es bueno. Soy de esas rara avis que recuerda las fechas emblemáticas hasta de personas que ya no forman parte de mi vida. Y cuando esos personajillos cumplen años o celebran aniversarios de cualquier tipo, los recuerdo. No los felicito, pues están fuera de mi círculo de confianza, pero sí les recuerdo e, internamente, les sigo deseando lo que entonces. Igualmente he dejado de felicitar los aniversarios de mucha gente a la que todavía quiero (y mucho) porque yo también celebro... aunque no muchos se acuerden. Pero esa es otra historia.


Para celebrar su cumple el Costillo pretendía pasar el día en Amberes. Vivió algunos años en Bélgica, país que adora y en el que ni a él ni a mí nos importaría vivir (puto trabajo que lo impide). Le di el gusto y para allá que nos fuimos. Madrugamos, cogimos el tren y a las diez de la mañana ya estábamos en la preciosa estación de Amberes, cuyas obras de rehabilitación y renovación están casi terminadas. Están en obras desde la primera vez que fui (hará seis años), pero la verdad es que han hecho un trabajo extraordinario. La estación más bien parece ahora un aeropuerto, con tres plantas para andenes y otra con una galería de tiendas. Las escaleras automáticas parecen no tener fin, son enormes, de las más largas que he visto en mi vida. Además, han conseguido que la mezcla entre el monumento que constituye desde hace mucho la estación y la modernidad de las nuevas instalaciones casen a la perfección. Han hecho un buen trabajo... y eso que todavía no han terminado.















Amberes está llena de rincones por descubrir. Muchos edificios de viviendas u oficinas son un auténtico monumento en el que fijar la vista. Las plazas, con sus casitas de fachadas escalonadas, sus estatutas, los coches de caballos que conducen a los turistas por las diferentes calles de la ciudad, sus fuentes... te transportan a otra época. Eso sin añadir los cientos de tiendas de todos los productos imaginables que te encuentras a lo largo del camino y que te devuelven a la época actual. En esta ocasión la Groenplaats no albergaba ninguna exhibición, las hemos visto hasta de snowboard, pero lucía igual de hermosa que siempre. Aunque no nos dejamos caer por la plaza del Ayuntamiento, como hacemos siempre, quizás sea ahora un buen momento para compartir las fotos tomadas allí en otras ocasiones (de ahí que algunas fotos sean de ayer y las otras de los años anteriores, y también de ahí que ayer no hiciera demasiadas fotos, pues ya tengo todos esos sitios retratados, aunque como son fotos "de familia" no sé si quiero compartirlas). Caminando por las bellas calles de la ciudad nos dirijimos a Beo, uno de los templos de devoción del Costi.


Ya he contado en alguna ocasión que el Costillo es un fanático... de los cómics (también que yo lo soy menos). Más que fanatismo, lo que éstos le inspiran es casi una religión. Muchas veces creo que los quiere más que a mí, pero esa es otra historia. En Beo, el Costillo disfruta como un niño con un caramelo (bueno, esto más bien era antes, ahora en la comparación debería aparecer un playstation o algo similar, para que resultase acorde con los tiempos). Recorre los pasillos de la tienda con siete pares de ojos, buscando y rebuscando esas joyitas que ha anotado antes de salir de casa: algunas que son difíciles de encontrar, otras que sabe sólo encontrará allí, alguna que otra oferta especial... el caso es que siempre salimos cargados como burros (aunque afortunadamente, son tan amables que nos permiten dejar allí las compras para que podamos pasear tranquilos por la ciudad).















Tras las inevitables (y numerosas) compras en Beo, nos dimos una vuelta por el mercado, que estaba en obras la última vez que fuimos (intentamos ir un par de veces al año a Bélgica) y que les ha quedado muy mono. Me encantan los mercados, ver todas esas verduritas hermosamente colocadas, diciendo cómeme, que estoy fresquita, otros con productos específicos y hasta algunos con chorradas que no me llevaría a casa ni gratis (y eso que según el Costillo en mis genes tengo algo que, si no le pongo remedio, me llevará a padecer el terrible síndrome de Diógenes). De allí, a MI momento fundamental: las croquetas de gambas. Ir a Bélgica y no meterme dos (o más) croquetas entre pecho y espalda es como no haber ido. Es un ritual que no estoy dispuesta a saltarme por nada ni por nadie. Todavía recuerdo la primera vez que fuimos con mis Papis y el resto de la familyfeber y lo esperanzada que estaba con que a alguno de los miembros no le gustasen, y así poder meterme una ración doble! Si cuando vamos es verano o hace calorcito (porque en Bélgica, al igual que aquí, las terrazas de bares y restaurantes están puestas todo el año, pero en muchas ocasiones no apetece nada sentarse allí), solemos ir a una inmensa plaza, llena de terrazas de diferentes locales, muy cerquita de la casa de Rubens (las fotos de arriba muestran el exterior. En cierta ocasión la visitamos y es una auténtica pasada. Consuela saber que no todos los artistas se "cubrieron" de gloria una vez muertos). Cuando el día está un poco perro, como ayer (que cuando llegamos a la estación el cielo era azul intenso y quinientos metros más allá gris-niebla-sin-lluvia-gracias-al-cielo), solemos ir a un bar chiquitín que hace esquina. Tiene dos pisos y es muy acogedor.

Tras la ingesta de tan suculento plato, nos fuimos hasta el Fnac para que yo pudiera hacer acopio de algunos libros. En Holanda también puedes encontrar libros en cristiano, pero suele haber menos variedad y son bastante más caros, así que en cada escapadita a Bélgica, me traigo unos cuantos. Disfruto tanto sentada en el suelo frente a la sección de Libros en Español, como luego leyéndolos (nota: si alguna vez estáis en Bélgica y veis a una mujer de taitantos sentada en la moqueta y rodeada de libros... más que probablemente sea yo. Saludadme y quizás, si tenemos buen día, podemos tomarnos un café). Dimos una vuelta por el centro comercial, que empezaba estar a rebosar de gente y nos escabullimos hasta un supermercado a por ciertos productos de los que somos adictos y que aquí no encontramos. Con la compra hecha callejeamos nuevamente la ciudad, a esas horas ya absolutamente llena. Mientras caminábamos le comentaba al Costillo que yo no terminaba de entender lo de la crisis. Pocas personas vimos que no fuesen bolsa en mano. Y es que crisis habrá, no lo voy a negar, pero seguimos manteniendo el mismo nivel de despilfarro que cuando no la había.

Siempre me sorprendo con lo mucho que me gusta caminar por esas calles, llenas de edificios señoriales, de “humanos petrificados’, de monumentos, de turistas cámara en mano y de compradores compulsivos. Y aquí os propongo un juego: Cuál de las estatuas no está hecha de piedra sino de carne, huesos, venillas y demás cosas que juntas conforman un ser humano?? ale, ale, id afinando la vista. Además esta vez fui robando imagénes de escaleras y observando cómo la gente, ciertamente, te mira con cara de alucine cuando te ve retratar “cuatro escalones”. Busqué desesperadamente unas zapas plateadas para traerle a Iago, y no hubo forma humana ni divina de que apareciesen. Sí lo hicieron unas zapatillas de andar por casa, horrorosas de la muerte, que no merecían el gasto de una foto. Las únicas “decentes” que vi fue ya en la estación, de vuelta a casa, pero puestas en los pies de una madre y una hija (creo) y claro, me dio bastante apuro sacar la cámara y fotografiarles los pies (era lo único que merecía la pena fotografiar) no me fueran a soltar un guantazo que me dejase sin habla.

Otro de los rituales imprescindibles es comer patatas fritas. Según él, no hay patatas fritas en el mundo como las belgas. Yo discrepo, pues aunque fui muy mala comedora, las de Mamá y mi vecina Benita sí que me las comía. Y me sabían a gloria bendita!! Para ello sí que nos fuimos a una terraza, por la que nos dejamos caer también en todas las ocasiones, aunque nunca me había fijado en el nombre, Las Vegas, que me recordó tanto a un local que me encantaba y que cerró hace algún tiempo.

Me encanta sentarme allí y, mientras doy buena cuenta de las patatillas, observar a la gente de la ciudad, a sus miles de turistas, a algún español despistado (siempre veo varios)... marujear, en el sentido más total de la palabra (el cual incluye pegar la oreja, por si me entero de algo e inventar historias que poco o nada deben tener que ver con la realidad). En mi cabeza bullían una y otra vez visitas anteriores, solos o con mis Papis y el resto de la familia. Hasta conversaciones completas volvieron a estar presentes. Fue como llevarles conmigo, otra vez, como cada vez.

Regresamos a casa más cansados que si hubiésemos estado sacando piedras del río, pero habiendo disfrutado del día, como cada vez que vamos.

La vida sexual de Europa

Tengo tantos post pendientes por escribir, que se me quitan hasta las ganas. No me faltan ni la inspiración ni los temas que tratar (si hasta tengo pendientes un par de premios por colgar!!! Con la ilusión que me ha hecho recibirlos y todavía no he posteado sobre ellos, ni los he colgado en mi adorada estantería...), pero estoy vaga (qué novedad!) y con la vista cansada (será del atracón de post postvacacional... y eso que no sé qué demontres he hecho en el reader que me faltaban unos veinte post por leer y me los ha marcado todos como leídos. No sé quiénes me faltan exactamente, aunque intentaré pasarme por los que recuerdo como “pendientes”. Ains, esto es a veces peor que trabajar, jaja). En fin, toda este palabrerío intenta pretender ser una excusa para publicar como post de domingo algo recibido por mail. Toca reirse de la vida, que buena falta nos hace!


LA VIDA SEXUAL DE EUROPA

Un barco se hunde y los supervivientes quedan en una isla desierta. En el barco viajaban:


a) 2 italianos y 1 italiana
b) 2 franceses y 1 francesa
c) 2 alemanes y 1 alemana
d) 2 griegos y 1 griega.
e) 2 ingleses y 1 inglesa.
f) 2 búlgaros y 1 búlgara.
g) 2 suecos y 1 sueca.
h) 2 irlandeses y 1 irlandesa.
i) 2 argentinos y una argentina.
j) 2 catalanes y una catalana.
k) 2 andaluces y una andaluza.
l) 2 vascos y una vasca.


Un mes después en esa bonita y desierta isla, la situación era...:
a) Uno de los italianos mató al otro por la mujer

b) Los dos franceses y la francesa viven juntos y felices en un 'menage a trois'.
c) Los dos alemanes llevan un estricto horario en el que se alternan para estar con la alemana.
d) Los dos griegos duermen juntos y la griega limpia y cocina para ellos.

e) Los dos ingleses esperan que alguien les presente a la inglesa.

f) Los dos búlgaros miraron primero al océano infinito, luego a la búlgara y entonces se echaron a nadar.

g) Los dos suecos contemplan la posibilidad del suicidio mientras la sueca les da la tabarra con lo de que su cuerpo es suyo y la verdadera naturaleza del feminismo. Al menos no nieva y los impuestos son reducidos.

h) Los irlandeses comenzaron dividiendo la isla en Región Norte y Región Sur e instalaron una destilería. Ellos no recuerdan si hay sexo a la vista, porque desde que se produjeron los primeros litros de whisky de coco hay una especie de neblina flotando que lo tapa todo, pero por lo menos saben que los ingleses no están teniendo ningún tipo de actividad sexual.

i) Después de un tiempo, se encontró a la argentina muy aburrida en un rincón de la isla, limpiándose las uñas con una ramita. Resulta que los argentinos ya no le dan bola, y pasan todo el día hablando de fútbol y de lo estupendos que son haciendo el amor.

j) El hecho diferencial de los catalanes consistió en alquilar la catalana a los suecos, y usar ese dinero para financiar a los irlandeses la construcción de una planta de destilación en su parcela de la isla, donde ellos trabajan a cambio de que las botellas de whisky de coco estén etiquetadas también en catalán. No follan, pero ahorran una barbaridad en condones.

k) Los andaluces se turnan para quedarse una de cada dos noches con la andaluza e irse la otra de copas con los irlandeses y poner a parir a los ingleses, italianos, franceses, alemanes y por supuesto, (y sobre todo), a los catalanes. Han conseguido que los irlandeses pasen de los catalanes y destilen una variedad de 'fino de coco'. De inmediato se han montado un calendario de fiestas de la hostia en su isla: que si feria de abril, que si Semana Santa, que si carnavales, que si romerías, que si día de Andalucía en el Exilio,...a las que se apuntan todos los demás.

l) Los vascos se dedican a cortar los troncos de coco, levantar piedras, boicotear a los andaluces y en el terreno sexual, a cascarse pajas: ya sabéis, ante todo independencia.

sábado, 25 de octubre de 2008

De memes diabólicos

La primera vez que oí (más bien leí) la palabra meme, se me vino a la mente la memez. A día de hoy no sé si me gustan o no, si servirán para (cómo odio esta frase, que suena a concurso de media naranja o similar) "para conocernos mejor" o simplemente para tenernos ocupados un rato (al que lo escribe y al que lo lee). En fin, sea como fuere, Forgiven Princess me ha "recetado" uno que, si mal no recuerdo, ya me habían encasquetado Carlos Hugo y McVicta, así que me temo que ha llegado la hora de hacerlo y de dejar de quedar mal con todos aquellos que ponen su fe en mí.



Primero las reglas,
  1. poner el enlace de la persona por la que somos elegidos (hecho, en mi caso, personas, dior las guarde).
  2. poner las reglas en tu blog (estoy en ello).
  3. compartir seis cosas que nos gusten y seis que no nos gusten.
  4. elegir seis personas al final y poner los enlaces (paso de ser cabronceta, que además de morosa de memes llevo un atraso macanudo, así que el que quiera que lo haga. Vamos, un self service en toda regla va a ser esto).
  5. avisar a estas personas dejando un comentario en sus blogs (léase el apartado anterior y no anden poniendo peros, hombreya!).

Seis cosas que me gustan:

  1. Saber que las personas que más quiero están bien de salud, y que la vida les sonríe.
  2. Empaparme bajo una lluvia torrencial mientras pienso que si me concentro mucho, mucho, mucho, el agua se llevará todos los malos rollos y seré más feliz que una perdiz.
  3. Que alguien (familia, amigos) se acuerden de mí sin venir a cuento y me llamen porque hoy es hoy y les apetece hablar conmigo, regalándome su tiempo, que es el mejor regalo del mundo mundial.
  4. Viajar, y mientras lo hago, inventarme otras vidas (sin atreverme a vivirlas).
  5. Querer hasta que duela y ser querida de la misma forma. Dependiendo de qué amor estemos hablando la cosas que me gustan varían, obviamente. Con mis Papis basta su compañía, escuchar los zarrasquillos del día a día, el sentirles a mi lado. En pareja, terminar rota tras un maratón erótico-festivo.
  6. Hablar, hablar porque sí, porque yo lo valgo, porque tengo algo que contar y sino lo invento. Hablar para celebrar que estamos vivos, hablar hasta perder el sentío, hablar, hablar, hablar.

Seis cosas que requetecontraodio:

  • La hipocresía
  • La mentira
  • La falsa modestia
  • Que suene el teléfono a deshora, especialmente si estoy en la ducha, pues salgo volada y el día menos pensado me dejaré los dientes en el suelo.
  • El olvido.
  • Los guisantes!


Ala, y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho! (qué digo ocho, menos mal que eran seis de cada, porque pensé que no terminaba nunca!!)

viernes, 24 de octubre de 2008

Recortes de prensa... seria

Acabo de recibir por mail uno de esos correos que nadie sabe de dónde salen y que al final terminan llegándonos a todos. Me he reído mucho, entre otras cosas, porque me ha recordado aquellos maravillosos años en los que le sisaba El Jueves a mi Hermanísimo (asiduo desde el número 1 hasta el día de hoy... y los que le quedan, quiera Buda que sean muchísimos!), la revista que sale los miércoles y que tenía un apartado de recortes de prensa seria. No sé si aún conservan ese espacio, pero la verdad es que siempre me quedaba mitad tronchada mitad alucinada de los desvaríos que encontraban en la llamada prensa seria (esto daría mucho que hablar, y hoy no me voy a extender).


Como he dicho, desconozco la autoría tanto del que se ha pasado un tiempo recopilando estos gazapos (algunos son más bien burradas del tamaño de la Torre Eiffel) como la del que puso los comentarios, pero me han parecido tan buenos que no pienso añadir ni una coma. Eso sí, he suprimido algunos que a mí no me han hecho mucha gracia, porque sino el post sería, una vez más, kilométrico. Espero que no tomen esto como un plagio sino como un halago a un trabajo que me apetecía compartir con vosotros.

Sentaditos y a disfrutar!!


"120 pechos ! Quien la pillara !«Atrévete», invita el anuncio. Y no es para menos. «Ponte a cubierto», diría yo."



A esto lo llamo yo «éxito de participación»Lo bueno es que todos se llevaron medalla(el tercero que sale en la foto fue pagado para posar)




Menuda orgía organizamos y todo a pelo que gozadaYo conseguí infectar por lo menos a 4 o 5



Al final le redujeron la pena a 4 meses de gonorrea

Sin ir más lejos el año pasado yo ahorraba 1.000 millones,
y ahora vivo de las rentas aprovechando los Tickets descuentos que dan en las Páginas Amarillas,
comprando cada cosa donde esté más barata… y listo … es sólo ponerse


2.208 millones de funcionarios en EspañaY todos entraron por enchufe… y desayunan a la vez



No… si yo lo que quiero es que me garanticen el pago




Es que hay gente que sale del trabajo y no sabe desconectar



Qué bárbaro! Divisará objetos a 100 metros !hmmm… ¿pero la vista humana no es capaz de eso?


Vivían apilados… no se crean… y no se imaginan los problemas para ver a quien le tocaba entrar al cuarto de baño por la mañana

Vamos… que dimita Zaplana Ya ! Qué escándalo !
Seguro que estaba enterado de lo del restaurante !

Como no podemos competir en precio con los chinos…
mejor hacer poquitos… pero de calidad, ¿no?


Imaginen la saña del asesino para causar esas heridas con una gorraLe tuvo que dar por lo menos 1000 gorrazos en el mismo punto