Blogueando

Empecé en esto de los blogs un poco por aburrimiento, otro poco por curiosidad, otro poco por ocupar un tiempo con el que no sabía muy bien que hacer, y un mucho por la insistencia de mi amigo Haquiles, que repetía una y otra vez que en el mundo de hoy si no estás en internet no existes. Bueno, no lo decía de forma tan drástica, pero ya sabeis que yo soy un poco teatrera.

Antes había conocido el mundo de los chats, del messenger, de los foros… nada es igualable (de lo que yo conozca, claro, pues soy una inexperta total en estas cosas) al mundo blogueril. Es cierto es que cuando me dio por el chat podían darme las cinco de la mañana y seguir tecleando sin parar, pero no lo es menos que la mayoría de lo que allí se leía y/o escribía era una sarta de mentiras, con excepciones que siempre hay, para llegar a un fin, normalmente el ligoteo. De los foros me cansó el exceso de “intromisión política” que muchos miembros hacían, reventando cualquier tema con salidas de tono que una se cansó de aguantar.

Esto de los blogs yo lo veo más como una casa, la casa de cada uno, entendiendo “casa” como “hogar”, como lugar propio. Y así, vas poniendo aquella flor que queda mona, aquel tono en los muros que “hace juego” con las letras, mil pequeños detalles que te identifican ante los demás, pero también con los que te identificas tú mismo.

Al principio, claro, me veía perdida, no sabía de qué escribir ni cómo subir las fotos, los vídeos, cómo poner los enlaces… Cuando conseguía publicar un tema a veces me desesperaba porque me había pasado horas trabajando en él y nadie o casi nadie lo leía. Y pensaba que esto me duraría un mes, porque no acababa de pillarle el puntito del que me hablaban.

En una de estas, no sé muy bien cómo, encontré a Iago. Se abrió otra dimensión. Él se lo toma muchas veces a risa, incluso creo que hay quienes piensan que los comentarios que dejo en su blog son simples palabras dichas por agradar. Nada más lejos que Cuenca. Ese blog fue el primero que de verdad me enganchó hasta la médula (cierto que después vinieron otros sin los que no puedo pasar, pero este fue el primero). Esa la dedicación (que se me antojaba absoluta, como si Iago fuese un ente que sólo vivía para el blog, qué equivocada estaba, afortunadamente), publicando cada día, incluso muchos días varias cosas, y de todos los temas, y de todas las cosas. Y escribiendo ahora temas serios con una profundidad que me cortaba de cuajo la sonrisa y me arrancaba lágrimas de rabia, de dolor, de impotencia… y ahora en plan mamarracho total, que me tronchaban y me me provocaban el llanto, pero de risa, que no hay llanto más hermoso.

Empecé por el principio, que es como me gusta leer los blogs (pena no tener más tiempo!!) y me descubrí riendo, llorando, emocionándome, sintiendo lo que él sentía. Descubrí que sin unas zapas plateadas no eras nadie (y me encontré recordando a Iago cuando al pasar por delante de una zapatería veía las famosas zapatillas color plata), conocí a su abuela y sentí un afecto absoluto hacia ella (no sé bien si por influencia de Allende y sus espíritus, de los que soy tan fiel seguidora, si por no tener abuela y querer que las mías volviesen, como hace la de Iago, o simple y llanamente, porque llorar de risa es la forma más sana que conozco de rejuvenecer el alma, y esta señora y su nieto lo consiguen con cada nueva entrega).

Leyendo post llegué a Estrella y me pareció de una belleza tal que no me aguanté y envié un comentario. Me pareció increible que un cuento tan bonito no lo hubiese comentado nadie y me decepcioné con lo de los blogs, y dije, pues anda, que si este chico escribe así y no le comenta nadie… quién me va a comentar a mí?? No pensé por un momento que él fuese a leer el comentario y la sorpresa que me llevé cuando vino a comentar a mi blog fue de las que hacen época. Claro que, por aquella época (Jesús, parece que ha pasado una vida!) yo no sabía que podías enterarte de que te habían dejado un comentario vía hotmail. Cuando lo supe me imaginé a Iago, flipando, porque alguien había decidido dejar una nota en un post tan “antiguo”.

Me quedan post suyos por leer, algunos porque no termino de cogerles el punto (como las cartas del esclavo, que tienen su aquello y he leído bastante más de las que me gustaría reconocer, pero que por alguna oscura razón no terminan de llenarme, no me identifico, claro!), otros porque me siento ajena (como los chulos de la semana) y otros por falta de tiempo y, sobre todo, de organización, y es que me organizo fatal.

Una manía que tengo (y no es de las malas) es que cuando entro a un blog y leo un post que me gusta mucho, TENGO que leer más y claro, hay que ir al principio, y a veces termino con los ojos llorosos, no de alegría ni de pena, sino de dolor puro de tantas horas ante la pantalla. Esa manía empezó con su blog. No sé las horas y horas y horas que me he pasado en el blog de Iago, pero temo que casi tantas como él, jeje.

Recuerdo un día, que en un comentario me dijo que me había dado un premio. Y yo votaba por la casa y el Costillo flipaba (sabe dios qué pensaría!) y se lo conté a mi Madre, y ella igual de feliz que yo (aunque no sepa qué es un blog ni qué carajo hacemos por aquí). Si algún día ganase una lotería no sé si me haría tanta ilusión, así os lo digo.

En este tiempo, he adquirido la, creo yo, sana costumbre de visitar a mis amigos cada mañana (bueno, y a lo largo del día, que a veces debo ser hasta en un engorro y alguien tendría que enseñarme eso de que lo poco agrada y lo mucho empalaga). Es casi como trabajar! porque cierto es que voy añadiendo blogs a mi lista y no sé hasta dónde llegará esto. Pero claro, es que la otra opción es que los voy poniendo en favoritos (en el explorer) y llega un momento en que se me olvida que los tengo ahí. Por eso la lista se va hacienda más larga, porque si los tengo delante, no se me escapa ninguno!!

Y hoy, cuando he ido a hacerle la primera visita del día y estaba terminando de leer su post acerca de ejecutivos potables (con lo cual, al ir al super justo a la hora en que éstos deciden salir a comprar su comida, no he podido dejar de mirarlos con cara de deseo, jaja), llegando al final, se me escapa la vista o me traiciona el subconsciente, no sé bien, y me entero de que me ha concedido el premio al BLOG PLATEADO DE LA SEMANA!!!!! Estoy que no quepo en mí de gozo, así os lo digo. Y si te llego a tener cerca, Iago, no te libra nadie de un achuchón de los que hacen época.

Y es que no ha sido sólo el premio, sino que ha escribo cosas sobre mí que me han emocionado profundamente y porque sí, porque coincidimos mucho más de lo que pensamos, porque a pesar de los, digamos, diez y pico (jeje) años y de los muchos, muchos kilómetros que nos separan le tengo muchísimo cariño y porque, como él dice he descubierto muchos blogs y a mucha gente que me encanta leer a diario, pero jamás, oiste bien, mi niño, jamás dejaré de visitar tu casa!. Yo no tengo premios que dar (con lo que sé que te gustan), porque soy torpe y vaga, aunque algún día quizás me ponga a ello y entonces, ni lo dudes, tendrás el tuyo. De momento, espero que sigas conformándote con mis visitas, mis comentarios (a veces chorras, a veces algo menos), hechos siempre desde el cariño y el respeto más absolutos.

G R A C I A S, I A G O !!