Haarlem 2008

Acabamos de "aterrizar" en casa. Hemos tenido el tiempo justo de darnos una ducha (por separado, cachis!!), para quitarnos la sudada de encima, ponernos ligeritos de ropa y tomarnos algo fresquito en la terraza. Directamente después he contestado a los comentarios que tan ricamente me dejais y que me hacen más feliz que a una perdiz y he descargado las fotos del día... más calentito, imposible. Hemos estado en Haarlem, que es una ciudad preciosa sita a unos quince minutos en tren desde Amsterdam. Cada dos años organizan allí una tremenda feria de cómics, y claro, siendo el Costillo tan aficionado como es, para allá que nos fuimos. Esta primavera está siendo, para variar, especialmente generosa, climatológicamente hablando, pero lo cierto es que siempre que hemos ido a esta feria, ha hecho buen tiempo. El día amaneció un poco estúpido pero se fue mejorando y terminó con un calor que nos llevaban los demonios.

Odio madrugar y esa es siempre (amén del dolor de pies que arrastro por una semana) la parte negativa de ir a las ferias. En la estación habíamos quedado con el "Intelectual", un compañero de trabajo del Costillo, gafapasta vegetariano y simpático a partes iguales, lo que lo hizo el trayecto más ameno, pues no es lo mismo estar de seto con tu pareja que dejar que los demás piensen que tienes un despertar terrible, no? Tocó disimular y sacar la mejor de mis sonrisas. Cierto es que al cabo de diez o veinte minutos lo de madrugar se me olvida y ya vuelvo a ser "persona".

Haarlen es impresionante, con sus edificios escalonados tan típicamente holandeses, sus calles empedradas, sus coquetas tiendas, sus cientos de bares, restaurantes (vimos dos españoles en menos de quinientos metros, cartel de San Miguel incluido, que ya se sabe "donde va, triunfa!"), terrazas... Es un lugar altamente recomendable para visitar, aunque no haya feria. Si además el día acompaña, perderse por sus calles es trasladarse a otra época. No es una ciudad muy grande y conserva el encanto de lo que debió ser en sus primeros tiempos.

Primero fuimos a la Philarmonica, que es un lugar inmenso donde estaban los stands de las editoriales y donde venían a firmar los artistas más solicitados. Allí nos pegamos una panzada de colas, pero ha merecido la pena, pues de regreso a casa hemos traído diez dedicatorias y media la mar de hermosas (lo del media va porque de uno de los artistas compramos dos libros y en el segundo nos conformamos, por aquello de no abusar ni del hombre ni de la paciencia de los demás lectores, con su firma, sin dibujo). El edificio ya valdría un post por sí mismo y si no me puse a hacer fotos como una loca a las paredes (que me dejaron alucinada) fue, precisamente, para que no me tomasen por un orate y me encerrasen bajo siete llaves. Pero no será hoy, quizás en otra ocasión.

Además de todo lo que es posible encontrarse aquí, también hay puestos por las calles, concentrándose en la plaza del Grote Markt, aunque también había por las calles aledañas. Estos se dedican más al mercado de segunda mano y a pesar de que hoy no encontramos demasiadas cosas, sí que dimos con un ejemplar que el Costillo llevaba años buscando.

A pesar de que el "fan" de los cómics es el Costillo, he de confesar que podría pasarme horas (y de hecho, lo hago) observando cómo van saliendo los personajes de las manos del dibujante. No sé hacer la o con un canuto y quizás de ahí venga mi total admiración por quienes son capaces de dar forma, con "simples" rasgos, a los personajes más fantásticos, las mujeres más hermosas... He aquí mi pequeño homenaje a los que hoy han tenido el detallazo de obsequiarnos con su arte.

Igor Kordey
















Jack Staller
















Pierre Alary
















Malo Kerfriden
















Ever Meulen

Guy Delisle

Mars Gremmen

Jan Bart Dieperink

Hanco Kolk

Loustal, del que no hay foto porque dejamos el libro para que lo dedicase y seguimos haciendo ronda, pues las colas eran interminables.

Además, visitamos tres exposiciones (por supuesto relacionadas con el mundo del cómic), y paseamos largo y tendido por la ciudad. El día dio para mucho. En uno de los lugares a los que fuimos había una curiosa maqueta de Haarlem. A la derecha, y un poquito más de cerca, puede verse el Grote Markt, lugar donde tuvo lugar gran parte de la feria.

EDITO.- Esta entrada la escribí al llegar a casa, después pasó todo lo que pasó con lo del incendio... y hasta ahora he estado subiendo las fotos. El título he tenido que cambiarlo, porque me parecía un poco fuerte el que había elegido: "Lo traigo calentito" y extrañamente premonitorio. Snif.