Me he quedado muerta

No iba a escribir más (de momento) sobre gatos, porque dos post seguidos ya me parecía más que suficiente. Especialmente para aquellos queridos lectores que no son muy amigos de los mininos. Y también porque lo poco agrada y lo mucho empalaga, pero es que ayer pasó algo que me ha dejado muerta. Y si no lo cuento reviento. Así que, primero os pido perdón por hablar OTRA VEZ sobre gatos y sin más dilación, paso a relataros lo que pasó.


Estábamos viendo el partido Holanda vs. Rumanía y empezaba a oscurecer. Snake todavía estaba en la terraza y me dije: “Mejor cogerlo ahora, porque después empiezan los pájaros a hacer de las suyas y él a intentar cazarlos y ya la liamos”. Me voy a buscarlo y, claro, no estaba. Había saltado al tejado de abajo. Me juego la vida por enésima vez para rescatarlo. Hasta ahí la misma historia de siempre, que ya conocéis y que no es plan repetir de nuevo.


El caso es que a medida que me acerco a casa, en la casa de al lado (que es también de la familia pero está alquilada a estudiantes) había una chica fumando en la terraza y me dice que “si puede hacerme una pregunta”. Y yo, “esto bueno sí” y pensando a ver por dónde me sale esta. Y me dice: “El gato es tuyo?” Y yo, “pues sí, claro, por eso salgo a recogerlo”. Y ella, “es que es igual igual igual que el que nosotros teníamos, que se escapó hace unos ocho meses”. Y yo con la cara a cuadros, flipada total de la vida pensando “esta tipa no pensará llevarse ahora a MI gato, después de todas las que hemos pasado con él”. Y le digo “pues no sé”. Y ella, “se llama Mila” y yo: “Uy, no, no, entonces no es el mismo, porque este es macho”. Y ella, “ya, pero es que mi hija pensó que era hembra y le puso Mila”. Y yo, “pues no sé, será (aquí ya con cara de soltarle una grosería si osaba reclamar “su propiedad”). El caso es que le llevamos a la clínica para ver si tenía chip y no tenía. Y pusimos un anuncio en la página web que hay a tal efecto para buscar/encontrar gatitos desaparecidos de todo el país y no contestó nadie. Y claro, no le íbamos a echar a la calle y, después de vacunarle nos lo quedamos, porque además el pobre estaba tan delgado, tan hambriento… que es que empieza a comer y no para. Y pensábamos que estaba abandonado, porque tener tanta hambre no es normal”. Y ella: “ya, veo que está muy bien”. Y yo “sí, según come!!” Y ella: “y es feliz?” Y yo, “pues mira, supongo, porque se pasa el día comiendo, durmiendo o pasándosela en la terraza intentando cazar algún pájaro”. Y ella: “Nosotros es que vivíamos en el otro lado de la calle, encima de la cafetería X” (por donde nos encontramos Snake y yo). Y yo: “Ya”. Y ella: “pero ahora vivimos en otro sitio de la ciudad, y tenemos una gata”. Y yo, pensando, pobre minina: “mira qué bien!” Y ella, “bueno, pues nada, que me alegro de que esté bien cuidado y feliz”. Y yo “bueno, pues ala, hasta luego lucas!”.


Entré a casa que no me llegaba la camisa al cuello. Temblaba como una hoja y se me agolpaban mil ideas en la cabeza. Se lo conté al Costillo y, en su estilo habitual, se quedó como si le hubiera dicho que había visto una vaca sobrevolando el castaño. Y yo, “pero tío, reacciona, que te estoy contando que he conocido a la “otra” mamá de Snake”. Y él, “ya, pero…”. Y yo venga a insistir con que me dijese algo. Y él, “es que no sé qué decir, es que estoy flipando”. Y yo: “ya, así estoy yo, porque joder, el mundo es un pañuelo, pero yo es que estoy que no reacciono...”. Y él, “ya, pero no me jodas que viene ahora casi un año después con que es “su” gato. Qué coño hizo cuando el gato desapareció?? Qué irresponsable, qué loca, cómo puede tener gato una persona así?? Porque si llega a desaparecer “mi” gato remuevo cielo y tierra pero lo encuentro, te aseguro que lo encuentro; y empapelo el barrio si hace falta con su foto y blablabla… Porque ella no hizo nada, porque miramos por todas partes y no había nada de un gato perdido y en el tablón de anuncios del super, qué había? Nada! Y por qué? Porque no se molestaron en buscarlo. Y qué piensa llevarse ahora a Snake? Ja, pues que lo demuestre, que demuestre que es “su” gato y si consigue hacerlo (que no lo hará) que empiece por abonar todos los gastos de veterinario, tintorería (este es un tema sobre el que mantengo un tupido velo por respeto a Snake)…” y seguía y seguía y era un no parar.

Y el caso es que tiene más razón que un santo. Recuerdo una vez que desapareció Chipie. No llevaba con nosotros ni catorce días. Yo estaba en España, me suena el móvil: El Costillo desesperado: “Oye, amor, que Chipie ha salido y no puedo encontrarlo”. Y yo, “tranquilo, que volverá”. Y él, “que no, que he recorrido todo el barrio con la lata de comida y me salían trescientos gatos y ninguno era él. He puesto un anuncio en la web XX, pero nada, no ha habido ninguna reacción, y el pobre lleva tan poco tiempo que aquí que no va a saber volver”. Y yo, “claro, pero es que es muy pronto todavía. Aparecerá…”. Y el pobre estaba desesperado. Creo que nunca le había visto así de mal.


Chipie, que es un gilipichibiribichi de mucho cuidado, apareció… a las cinco de la mañana, y dando golpecitos en el cristal de la ventana para que le abrieran.


Y no entendemos que estas personas no hayan hecho nada para buscar a “su” gato y que les de igual que esté con otra gente, en otra casa y que no esté más con ellos. A mí me dan los siete males si me pasa eso. En fin, que supongo que tiene que haber gente para todo. Yo aún así, sigo con un maltrago en el cuerpo de no menearse. Muerta, me he quedado muerta.

Aquí el Snake, a su llegada, el primer día, marujeando la casa después de haberse comido toda la comida que le puse, que no fue poca. Y en su estado actual, echando la siesta, también después de. Como dicen por las Antillas: "Barriga llena, corazón contento".

Psst. Prometo no daros más la lata con los gatos... por unos días!