A mi Costillo,
por lo bien que organizó todo,
por saber protestar cuando hay que hacerlo
y por hacerme sentir como una reinona,
que es lo que soy!!
Nuestro alojamiento será en el SATAO CAMP. Nosotros habíamos reservado el Satao Rock camp, por ser más pequeño (en consecuencia, menos turistas) y por ofrecer la posibilidad de hacer un safari nocturno. Pero no ha podido ser porque está cerrado (aunque nuestra agente en Holanda no tiene noticias de ello al día de hoy... así que no sé qué pasará con la gente que hace ahora sus reservas. Desde luego ella está que se la llevan los demonios). William nos ha explicado que han tenido que cerrarlo porque los masais han llevado sus rebaños de vacas a la zona. Sus rebaños suelen ser bastante numerosos y, en consecuencia, comen bastante pasto. Eso no les hace ninguna gracia a los elefantes, por lo que se vuelven todavía más agresivos de lo que son normalmente (y en esta zona lo son mucho). Los elefantes se enfadan, atacan. Los masais se mosquean, disparan lanzas... vamos, como en las pelis de los indios, pero sin indios y con elefantes! En esas condiciones no es seguro tener allí a los turistas, por lo que pueda pasar. Mostramos nuestro enfado una vez más, pero William asegura que su jefe ha “arreglado” algunas cosas para compensarnos. Para llegar hasta el camp hay que atravesar un puentecillo con sistemas “antielefantes”, que consisten en una serie de cilindros sobre los cuales, por lo visto, los elefantes no pueden andar. Es curioso que pongan esta medida de seguridad en la entrada (será para proteger a las personas que estén en recepción), porque después no hay alambrada ni nada que les impida meterse “hasta la cocina” (de hecho, todas las fotos de este post fueron hechas dentro del Satao Camp... las de los elefantes también).
William no nos ha mentido (cualquiera se atreve, con la bronca que podría echarle el Costillo). Tras registrarnos en recepción y pedirnos disculpas mil veces (el Costillo erre que erre, con razón, protestando otra vez por la falta de seriedad), nos llevan a nuestra tienda. Nos han reservado la mejor que hay en el campamento. Y es que aquí, como en todas partes, hay clases, y también tienen tiendas que son suites. Las tiendas “normales” tienen número, pero hay tres suites y éstas en lugar de número tienen nombre de animal. El llavero con el candado para cerrar la tienda lleva la figura representativa de dicho nombre, porque claro, están en swahili y podemos olvidarnos fácilmente. Además de reservarnos suite (nosotros habíamos pagado tienda normal), la que nos han asignado está justo enfrente de un abrevadero al que, según nos cuentan, vienen muchos animales a beber. No es mentira, no, pues nada más llegar vemos un grupo de unos diez elefantes bebiendo y “duchándose” justo enfrente de nuestras narices (podéis ver fotos impresionantes de esto aquí). Volvemos a ver el gracioso cartelito que te aconseja no traspasar esa línea imaginaria y vuelve a nuestra cabeza el razonamiento de que los animales no saben (o no quieren) leer y aunque nosotros no pasemos, lo mismo despertamos con un elefante pensativo enfrente de nuestras narices, decidiendo si hincarnos un colmillo o dejarnos vivir.
Antes de entrar a la tienda flipamos con las dimensiones de la terraza, que son inmensas. Además de la mesa y las sillas que hemos tenido en otros camps tiene también dos tumbonas impresionantes en las que fácilmente podríamos dormir, aunque cualquiera se atreve a hacerlo con los bicharracos que pueden llegar por la noche. Entramos en la tienda y es enorme! Tiene hasta nevera y ventilador. La cama es king size y no falta detalle. Como en los otros sitios en que habíamos estado, el cuarto de baño está en la parte de atrás de la tienda, y las paredes son de verdad, no de lona. Es precioso!! Tiene el suelo de piedra y las paredes de madera. Hay dos duchas, una en la que hay agua siempre, pero fría y otra que es un gran depósito de agua, que podemos usar a partir de las seis de la tarde, y que está calentita. El lavabo está construido sobre una gran piedra. Así como otro “mueble” auxiliar para que coloques tus cosas. Han cuidado todos los detalles, y así, los espejos tienen marcos de madera, pero de formas muy rudimentarias, muy rústicas, y el gel y el champú viene en botellitas de vidrio preciosas que estoy por meterme al bolso! (No lo hago, eh!!).
El único detalle que falta y que nos llama la atención es que no puedes enchufar nada allí. Tanto la nevera como el ventilador tienen sus propios enchufes, claro, pero están de tal forma que no puedes utilizarlos. En la información escrita que encontramos avisan de que puedes cargar las baterías en el restaurante. Este es el único sitio en que esto funciona así, en los demás siempre cargamos las baterías en nuestra habitación. Había leído en el blog de Jaac la forma en que tuvieron que solucionar ellos estos temas, que no era otra que cargarlo en un lugar “abierto” al público, y nos contaba que algún listillo venía, quitaba tu batería y ponía la suya a cargar. Yo para algunas cosas (bastantes) soy un pelín rara, y no me hacía ninguna gracia dejar mis cosas al alcance de cualquiera. Afortunadamente, siempre llevamos dos baterías cada uno y habíamos tenido la precaución de cargarlas en el Severin, así que no nos iba a hacer falta hacerme pasar un mal rato pensando que algún amigo de lo ajeno pudiera hacerse con mis cositas. Dejamos las maletas y las mochilas allí y nos vamos a comer. La comida se hace al aire libre. Tienen montado un buffet impresionante allá afuera. Las cenas, en cambio, se hacen dentro del restaurante, aunque también es un lugar abierto, pero estaremos bajo techo. Mientras estamos comiendo llega otro grupo de elefantes, y por cómo mueven algunos la cabeza se ve que va a haber problemas. Efectivamente, el grupo que estaba en el abrevadero no recibe de las mejores formas a los recién llegados. Ellos estaban primero y no ven con buenos ojos eso de compartir. Se “tantean” unos a otros como marcando distancias, como pretendiendo ver quién es el más fuerte. Afortunadamente la sangre no llega al río, pero nos han regalado un espectáculo impresionante. Vaya semanita llevamos!! Justo en la zona donde están colocadas las mesas para comer hay una torre de observación, a la que puedes subir para echar un vistazo a los animales que se pululan por allí. Nos ponemos las botas comiendo y tras el café volvemos a la tienda, a echar el cigarrín y recoger nuestras mochilas para salir hacia el game drive. Todavía tenemos tiempo de echar una pequeña siesta y de contemplar a los elefantes que siguen en el abrevadero, a lo suyo. La pelea ha terminado.
Salimos con dirección a recepción y nos encontramos con una imagen de cuento: entre dos de las cabañas podemos ver unos elefantes que parecen dos húespedes más!. Llegamos a recepción, donde habíamos quedado con William, y nos encontramos con un montón de monos de “güevines” azules. Qué monada, por favor!! Están por todas partes, subidos a las paredes, bajo las bicicletas, hay muchísimos! Llegan hasta el lugar donde están aparcados los autos, y caminan por allí sin importarles nada, aunque casi siempre colocándose de tal forma que las mejores fotos que puedan hacer no sean, precisamente, de su cara. Exhibicionistas!
Continuará...
Días anteriores
Día uno, aquí.
Día dos, aquí y aquí.
Día tres, aquí y aquí.
Día cuatro, aquí .
Día cinco, aquí.
Día seis, aquí.
Día siete, aquí.
Día ocho, aquí.
Día nueve, aquí.
Día diez, aquí.
Día once, aquí y aquí.
Día doce, aquí.
Día trece, aquí y aquí.
Día catorce, aquí y aquí.
20 comentarios:
Otra que tiene que tener un diario de a bordo como en el enterprise. ¿Como coño te acuerdas de todo lo que haces despues de tanto tiempo?
Le he enseñado a mi jefe tu post (yo prefiero en el almuerzo leerte y disfrutar que ver el periódico y quemarme).
Coincido con Anselmo, ¡qué memoria!
Veo que estás orgullosa del Costillo, será reina que te lo mereces.
Un besote!
MIGUEL
Tengo una pregunta para usted:
¿Es verdad que los elefantes se balancean sobre las telas de las arañas?
Bueno, de todas maneras el sitio se ve precioso y tiene que ser una maravilla, aunque no veo mas que masais por toda africa, jaaja. Eso si, lo que es un rollo es tener que ir protestando, pq eso ya te encorajina el día y no se te pasa en todo el rato....
Las fotos están genial, me encantan los elefantes... Bezos.
A ver, hombres de poca fe!! Tomé notas (bastante completas) los tres o cuatro primeros días. Pero después me cansé (insisto: no soy constante y soy bastante vaga y, además, me organizo fatal), así que dejé de hacerlo. Lo que sí anotaba cada día eran los animales que íbamos viendo.
Los textos de los post no los tengo escritos. Los escribo a base de golpes de memoria y viendo todas las fotos de nuevo. Podría hasta ser un ejercicio de autohipnosis porque en ocasiones casi casi consigo transportarme nuevamente a esos países fabulosos que visitamos el pasado septiembre.
Miguel... y qué ha dicho tu jefe? :P
Stulti, no los vi, pero estos son capaces de todo!
Iago, a veces no queda otra que protestar para que no se te suban a la chepa. Un buen rato sí que nos quitó pero mereció la pena (ya contaré porqué).
Besotes y gracias por comentar!!
Qué antipáticos son los elefantes ¿no?.Menos mal que no son carnívoros...
Biraaaaaaa creí que ya habías acabado con el viaje!!!
Menudo alojamiento nena,me temo que no tenía nada que ver con el de Jaac. eh??
Continua,continua contando
:D
Ya estaba deseando que siguieras con la historia del viaje!!
:D
Hola wapetona, ains días sin visitaros, es que llevo unas semanitas finas, sin tiempo ni para respirar.
Sigues con tus crónicas del superviaje, ya sabes que a mi me encantan... desde luego llevabas un buen cuaderno de viaje o tienes una memoria prodigiosa, yo lo tengo que apuntar todo que luego se me olvida... jajaja!
Un besazo. Alber
Envida envida santa y humilde envidia...parte II
DOCTORA, ya te digo! Lo mismo pensaba yo. Aunque si me dan un orejazo y me dejan tiesa lo mismo daría que me comiesen después o no, jeje.
CONXA, el Costillo se lo curró de lo lindo y no tuve ninguna queja de los sitios que eligió. Habrá algún capítulo más, aunque falta menos para terminar (esto es casi como trabajar, jeje).
Bicos
CARABIRU, espero no haberte decepcionado!
GAYSINLEY, ya te echaba yo de menos, pero como contaste no hace mucho que estabas liadísimo he preferido esperar y no atosigarte a mails ;)
CHICHO, la envidia no es sana, menos si es por capítulos, jaja. Todo es proponérselo y cumplir sueños. A veces, hasta se logran y todo!
Besotes!
me encantan tus relatos!! un besin y tienes un premio en mi blog wapa
Mi jefe ha dicho que El Costillo debe de ser millonario... (casi lo mando a la mierda), ¡en fin!
¡Un abrazote!
MIGUEL
Mira que te dan que contar tus viajes jajaja, las fotos están muy bien sacadas, me encanta la de los monos. Lo malo, es que como la serie es tan larga no me he enterado de mucho, pero seguro que lo pasásteis super bien.
Un abrazo
Chica, así da gusto viajar, y en tan buena compañía con tu Costillo. Seguro que te mereces esto y más.
Besos.
Ay Birilla, acá estoy…
Tú dirás que me he vuelto media fantasma, pero me ha pasado el Katrina II. Traté de mudar el blog, ya sabes que soy culoinquieto, y en uno de mis dedazos desconfiguré todo, así que tuve que llevar al técnico y al final, rescaté cosas, perdí otras, se me borraron comentarios, (hice cagadas, bah jajaja)
Realmente, más allá de la carga de las baterías, no te privas de nada mi’hijita, en verdad eres una reinona. Creo que los elefantes fueron sabios en no hincarte los colmillos, les hubiera quedado una dosis de locura irrecuperable, y nosotros te hubiéramos perdido; eso sería fatal.
Espero a ver cómo sigue esta andanza, y ya volveré a recorrer tus escenarios. Jijiji.
Muchos besos.
(Teclea este nombre, el basurero fue clausurado por orden municipal)
Se te quiere pescadilla.
CAri, tu, seguidores no sé, pero no será por premios, eh... Igual es que tu blog impone, pq quien se atreve a ponerte una mamarraxada en unos post de viajes tan intersantes? Pues solo yo, claro, jaajja
Bezos
No me imagino la pelea de los elefantes... tuvo que ser alucinante!!! y por cierto la tienda tenia pinta de ser super acogedora jeje que bien que el costillo se queje de lo que esta mal e intente solucionarlo jeje
Sacando tiempo para recuperar las entradas del viaje...
No hay que pararse mucho a pensar en que los animales pueden entrar en cualquier parte porque no hay vallas. A nosotros sólo nos dijeron que si salíamos de la tienda por la noche lleváramos la linterna para ahuyentar a las hienas como mínimo. Eso sí, en nuestra tienda podía entrar lo que quisiera ;-) Lo vuestro es puro lujo!
Publicar un comentario