jueves, 5 de marzo de 2009

Mombasa III. Jueves 25 septiembre 2008. Día 17.


Tras salir de Akamba, nos fuimos hacia el casco antiguo de la ciudad. A pesar de que está pésimamente conservado (si no hay mucho dinero para comer, menos habrá para dar una manita de pintura, no?) es fácil advertir que debió ser un lugar precioso. Las estrechas callejuelas están bordeadas por casas llenas de pequeños o grandes detalles, muchos de ellos en madera (bien sea en puertas o balcones) impresionantes, y heredadas de los árabes. Las gentes sentadas a la puertas, los pequeños puestecillos, en los que comprar golosinas o tabaco (muy chungo encontrar nuestras marcas habituales), los niños que van a la escuela, pero todo a otro ritmo, mucho más pausado que el que llevamos por aquí. Son muy famosas las puertas de Zanzibar y las que pudimos ver en Mombasa no nos dejaron indiferentes, aunque algunas están en un estado de conservación más que lamentable y otras han sufrido la torpeza de no ser valoradas lo suficiente, pero la talla que contienen es preciosa, cargada de detalles. A mí me recordaron muchísimo a mi Hermanísimo y sus cursos de talla. Este se pasa un mes con los árabes que hicieron las puertas y nos monta la Alhambra en el pueblo!!




























Nos acercamos al puerto y allí pudimos vivir uno de los momentos más duros del viaje (peor que el ataque de la elefante y los tejemanejes de William): en pleno siglo XXI asistimos, en vivo y en directo, a un “espectáculo” de esclavitud. Estaban cargando un barco con sacos de cemento. Cada saco pesa cincuenta kilos. Y estos hombres, la mayoría descalzos, y los más “afortunados” con slipers de esas de ir a la playa, a menudo de diferente color para cada pie e incluso de varias tallas más pequeñas o más grandes de las que hubiesen necesitado, se ponían dos sacos de estos al hombro, y ala, a correr desde el almacén del puerto hasta el barco. Y cómo corrían, virgensantísima! Y es que claro, no cobran por hora sino por saco transportado. Cuantos más lleves, más cobras. Creo recordar que les pagaban cincuenta céntimos por cada saco. Vamos, como para hacerse rico en unas horas. Kombo nos contó que hace un tiempo intentaron poner unas rampas mecánicas que transportasen la mercancía desde el puerto a los barcos, pero fue poco menos que una guerra, porque los transportadores humanos se negaban a ser sustituidos por las máquinas. Eso supondría quedarse sin lo poco que tenían y no estaban dispuestos a perderlos. Así que ahí siguen, y seguirán.












Quizás para quitarnos de encima el malestar que nos dejaron estas imágenes, entramos en una de las numerosas tiendas que hay por la zona. El Costillo estaba encaprichado con unas pulseras muy típicas, que antes se hacían con pelo de elefante, y ahora, como está prohibido utilizar ese material, se hacen en otros diferentes. Tras negociar como sólo él y mi Mami saben hacer, nos compramos dos de plata, una para cada uno. Aunque si fuese por los de la tienda, hubiésemos salido de allí más cargados que mulas. Son capaces de venderte a su madre si es preciso... y yo con la mía estoy más que satisfecha!
La siguiente parada nos llevó hasta el Fuerte Jesús, construído por los portugueses allá por el año 1593. A pesar de la primera impresión, lo cierto es que se conserva en bastante buen estado y cuenta también con un pequeño museo (el edificio más "moderno" que veis en la imagen inferior) y algún que otro mural de pinturas, que dior me perdone, a mí me recordaron las que hacíamos en el parvulario. La visita no la disfrutamos demasiado porque el calor era asfixiante, creíamos que de un momento a otro nos sería imposible respirar y moriríamos allí mismo. Ains. Somos un poco dramáticos, sí, es lo que hay. En las zonas de sombra y desde los torreones aprovechamos para disfrutar de las vistas. Desde allí lo cierto es que la costa parecía más bonita. También vimos a alguno echando la siesta. A mí esto me partía de risa, porque en cualquier lugar, sin importar la hora del día, te encuentras aquí y allá con alguien tirado durmiendo, en el cesped de un parque, encima de un banco, en una acera. Vamos que yo tenía miedo a encontrarme a alguno durmiendo de pie!


























Hay una especie de pasadizo por el que se salía al mar, y al bajar por él me encontré en el suelo una de las flores que más me gustan (la que marca el inicio del post), que nacen en un árbol inmenso del que nunca recuerdo el nombre. No pude resistirme a hacerle unas fotos, aunque estaba algo marchita, pero es que además de ser preciosa, tengo una (artificial) casi tan bonita en la nevera, que nos trajo MamáCostillo de Australia. Resulta que también es uno de sus árboles favoritos (ella sí recordará el nombre, seguro). En el Fuerte conseguimos además fotografiar al pequeño reptil de colores que se nos había escapado en los primeros días, cuando estábamos en el Lake Manyara. La foto es del Costillo, pues la mía salió bastante peor...













Agotados y casi derretidos por el calor llegamos al restaurante Tamarind, donde nos esperaba (por fin) el jefe de William. Las palabras que el Costillo tuvo con él no fueron precisamente de cortesía, vamos, que fue enumerando punto por punto las cosas que no habían estado bien. El hombre, cuando le contó lo de William flipaba, aunque no tengo claro si lo hacía por el descaro de William o por la mala suerte que había tenido al elegirnos como pardillos. Nos preguntó cómo había sido nuestra estancia en el camp que habíamos tenido que cambiar, si nos habían obsequiado con el vino especial y si estábamos contentos con el Pinewood, donde finalmente todo estaba como habíamos pedido y no como ponía en los papeles que ellos nos dieron a nuestra llegada a Nairobi. En fin, que nos fuimos con la idea de que él no iba a hacer mucho por compensarnos, aunque dijo que a William sí le pondría las pilas. Yo, siempre tan práctica y pasando de malos rollos, mientras hablaban me dediqué a hacer fotos de flores, tarea mucho más grata que discutir, dónde va a parar!













Allí embarcamos en el Tamarind Dhow, un barco en el que, mientras navegas por el mar, escuchas música en vivo y disfrutas del paisaje... aprovechas para ponerte morado a comer. Pertenece al mismo grupo que el Carnivore (el restaurante del que os hablé, en Nairobi). Si allí nos pusimos finos a carne, aquí lo hicimos a marisco, y de verdad que estaban de chuparse los dedos. Todos los turistas iban en la cubierta de abajo, pero nosotros, como somos muy “fisnos” decidimos comer arriba, en compañía del capitán del barco y de todos los guías. Pudimos volver a ver el Fuerte Jesús, pero esta vez desde el mar, y a un montón de críos disfrutando de las olas, como en cualquier otro lugar del mundo, y disfrutar de la brisa mientras degustábamos los deliciosos manjares y nos preparábamos para continuar la aventura...

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15 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Buenos días Bira!

¿Estarás más animada? ¿eh?

Como disfruto leyéndote (escribes tan bien) este diario de tu viaje a África. Cuando termine lo voy a echar de menos.

Un besete.

MIGUEL

anselmo dijo...

Te iba a decir algo sobre esos grabados árabes tan bonitos pero no puedo. Esa mariscada con su plato-conchas tiene una pinta deliciosa. Mataría a mi madre por unas patatas con ali-oli :-@

kuoremio07@gmail.com.ar dijo...

Que hermoso relato de tu viaje! es como si yo estuviera allí.

Te he dejado un detalle en mi blog!.Besos

el Shysh dijo...

Ves tú, yo un Africa así si que la visitaría. Pero de visita no más. Esto... dos peticiones:
Una: Por qué no nos cuentas cómo celebráis el dia de la Reina?
Dos: Vendrás con alguna de tus flores al collage?

Fijándome en las flores de la primera foto pregunto también: Cómo es que una de las pomelias tiene seis pétalos? Ay cómo la echo de menos. Trajimos una de Sicilia, se hizo enorme y al cabo de los años murió.

Forgiven Princess dijo...

Qué flor más mona, y qué grabados tan... :3!!

Ah, por cierto, ya he traducido la historia, la he colgado en el blog ;)

Un beso enorme preciosa :D

Doctora dijo...

Pequeño reptil dice...si me encuentro a ese bicho saliendo por la taza del báter no creo que le dijese a mi madre :"Mamá,hay un pequeño reptil en el servicio".

Carabiru dijo...

Pues de primeras me pareció una gardenia, pero buscando "pomelia" como han dicho por ahí arriba, sí que parecen.

Vaya viajecito!!!

:D

Anónimo dijo...

Ah Birilla, eso tienen los viajes (vengo pinchando globos) a veces en medio de la belleza encuentras algo que se te atraganta, esos hombres cargando sacos en condiciones precarias. Te imagino compadeciéndote, sé que eres de darle vuelta a todo. Si eres tú les pones las esterillas para transportarlos y les pagas sólo por vigilar que no se caigan.
En fin, que menos mal que llevas al secretario Costillo porque la lagartija quedó buenísima. Imagino le habrás dado propina por el derecho de autor jajaja.
Besos Reina, es tarde y tengo sueño, creo que ya tú te debes estar por levantar.

Conxa dijo...

jooooo bira!!! como haces esto y me pones esa foto de marisco!!!

nena que estoy a dieta!!!

las fotos muy chulas, me ha gustado tu post de hoy.

Laura dijo...

Qué lástima que todavía se siga explotando a la gente. Sin duda la nota negra del viaje.
Lo demás, estupendo.
Besos.

BIRA dijo...

ANAPEDRAZA, se hace lo que se puede, aunque soy la reencarnación de una montaña rusa y tan pronto estoy arriba como dándome el trastazo y cayendo en picado. Es lo que hay, y a lo mejor termino asumiéndolo. Quién sabe?

Gracias por lo de que escribo bien, hombre, me ruborizas! Besos

BIRA dijo...

ANSELMO, esa dieta te está agriando el carácter, jajaja. Yo no mataría a nadie por nada, pero me apunto a una buena ración de eas alioli, y unas bravas, y unos calamares, y unos mejillones. Joer, qué hambre tengo!

KUOREMIO, gracias, eso es lo que intento, que podais realizar el viaje conmigo.

besos

BIRA dijo...

SHYSH, África es impresionante y normalmente el que va siempre quiere volver (aunque hay excepciones y algunas las conozco, pero eso es otra historia). El día de la reina del año pasado ya lo conté, y para el de este... todavía no ha llegado la fecha, así que toca esperar un poquitín, no mucho. La foto enviada está. Y creo que en lo de los pétalos tienes razón, pero no tengo explicación. Besos.

BIRA dijo...

PRINCESS, gracias reina, por los piropos y por la traducción de la historia, que ya me he leído! Besotes inmensos para ti.

DOCTORA, no era muy grande, pero claro si te lo imaginas saliendo del wc hasta una mosca puede acojonar, mujer! Jajaja. Besos.

CARABIRU, yo no tenía ni idea del nombre de la flor. Y seguro que MamáCostillo me lo ha dicho mil veces, pues a ella también le encanta, pero mi memoria es de pez (pequeño, como de acuario). Sí, menudo viajecito!!

besos

BIRA dijo...

VIVIAN, pues sí, hija, se te parte el corazón cuando ves las condiciones en las que vive o trabaja mucha gente. Pena no ser requetemillonaria y poder ir arreglando el mundo. Pero nada, chica, no es el caso (cagontó). Verdad que la foto es tremenda? No la recordaba y la verdad es que al volver a verla me ha enamorado. Hasta me parece menos feo el bichejo y todo. La propina, si se deja, se la pagaré en carne, jeje.

CONXA, porque soy malaaaaaaaaaaaaa, jajaja.

LAURA, pues sí, el viaje fue estupendo pero ver eso te partía el alma. Sabes que existe, pero hasta que no te lo encuentras de frente no te impresiona tanto. Qué lástima!

Besos a todos y gracias por comentar!