jueves, 3 de abril de 2008

Mister Snake





Hace relativamente poco tiempo que Mr Snake llegó a casa. Un día, como digo hace no mucho, cuando iba al gimnasio (que más que un centro de deporte es una sala de tortura al más puro estilo de la Inquisición, o al menos eso me parece a mí, que el único resultado que he obtenido de él son unos dolores musculares de agárrate que hay curva, pero ahí, en las curvas, que es donde más falta me hace, apenas he notado nada. Aunque eso es otra historia. Como siempre, no me centro), cuando vi un lindo gatito que empezó a enredarse entre mis piernas, pidiendo mimos, solicitando ayuda, tal vez. Le di los mimos pertinentes, pero el minino erre que erre que no quería separarse de mí. Yo que llegaba tarde, el gato que estaba en la acera de una calle muy céntrica donde siempre hay mucho tráfico. Yo cagada, pensando: "Nada, que ahora voy al gimnasio y cuando vuelva me encuentro al mixín ahí todo tirado, muerto bajo las ruedas de un coche y a mí me dan los siete males. Qué hago? Qué hago!!!".


Le cogí en brazos e intenté (sin éxito) encontrar de dónde había salido, si tenía dueño o casa o chabola o algo, pero nada. Así que, como el tiempo apremia y en la sala de torturas si no eres puntual no pasas, tomé la única opción posible: me lo traje a casa. Le di comida y agua y salí como alma que lleva al diablo a sufrir la oportuna ración de tortura. A la vuelta, más mimos, más pedir caricias, vamos, un solete. Qué falso, el cabrón! Cuando vio que ya me había robado un trocito de corazón fue cuando empezó con los arañazos, mordiscos, puñetazos (sí, sí, que es boxeador aunque cueste creerlo). En fin, le llevamos al veterinario para ver si tenía chip, colgamos un anuncio en una página al efecto para ver si alguien lo había "perdido", nada. Se quedó con nosotros.


Buscarle un nombre fue tarea complicada. Nos decidimos por el que tiene porque este gato no camina, sino que repta, como las serpientes y se va contoneando de tal manera que las leyes de gravedad son nada para él.

Nos encontramos todavía en la tarea de socializarlo, pero poco a poco el muy granuja nos va haciendo creer que lo estamos consiguiendo. Ahora araña y muerde sólo "para jugar", aunque yo tengo las manos que da asquito vérmelas.


Mr Snake es un fanático absoluto de la comida: todo le vale, desde el pollo asado a la crema de calabaza pasando por todos aquellos platos que se os ocurran. No le importa si es dulce o salado, si es líquido o sólido, le da igual. Mientras sea comestible, basta. Come sin sentido ni conocimiento y el veterinario se está forrando a costa nuestra, porque desde que ha llegado las visitas a la clínica por comida son demasiado frecuentes.


Las peleas o juergas que se trae con Chipie no son normales y, si te pillan despistado puedes llegar a creer que ha estallado una guerra nuclear. Con Bonnie las cosas son diferentes (ya sabéis que Boo iba para hijo único y le cuesta tolerar la presencia de otros de su especie y, si además son revoltosos como lo es "el nuevo", ni te cuento). Por lo que, cuando Snake intenta provocarle, lo único que se lleva es un bufido que lo deja tieso (tres segundos más o menos) en el sitio y le hace desistir en su empeño durante diez o quince minutos.

Tiene un vicio inconfesable que no seré yo quien revele. Un vicio que casi le cuesta la nominación y consiguiente salida de la casa, pero ha podido más el cariño que le tenemos y por eso disfruta de una enésima oportunidad.

Boo y Chipie no pueden salir a la calle, porque son unos gilipichis que lo único que hacen es saltar a las terrazas de los vecinos, metiéndose en lugares de los que no pueden salir, con lo que me veo obligada a andar jugándome la vida para recuperarlos (es que esas terrazas son más bajas, y claro, bajar bajan bien, pero después no pueden subir. Y ahí estoy yo, cual Bourne cualquiera, con medio cuerpo colgando el aire para poder pillarlos, que no es plan). Pero yo dije como este gilipichi es más joven y parece que tiene energía así como para diez, qué tal si le dejamos salir, que desfogue energía por ahí y a lo mejor así está más buenín? Bueno, pues eso hemos hecho. Y es para partirse de risa. Es como tener perro, lo juro. Se pone donde la puerta hasta que le abras (no le importa el tiempo que tenga que esperar). Una vez abierta la puerta sale como alma que lleva el diablo y se sienta UN METRO más allá!! Yo es que me descojono. Parece el guardián de la casa. Después ya se da unas vueltas por todaaaaaaaaaas las plantas de la terraza, una a una. No sé si para morderlas todas o porque sale a su tío Bru y tiene complejo de jardinero. Vete tú a saber. Al cabo de un rato ya ejerce su función de gato y se echa unas carreras o intenta cazar algún pájaro (de momento no lo ha conseguido, de lo cual me alegro, porque si un día me aparece con un cadáver en la boca como presente, por dios que caigo muerta) .

Odia, qué digo odia, recontraodia la lluvia. Y la muy guarra parece que espera a empezar cuando el pobre bicho sale. Así que ahí lo ves correr a refugiarse en la caseta de cristal, y no hay forma de sacarlo. Y ya el colmo fue un día que granizó y venía con el rabo tannnnnnnnnn gordo del miedo que pasó que yo creí morir de un ataque.

Vamos, que en resumen, el bicho se hace querer, sobre todo por las risas que nos hace pasar, como el día en que le dio por sentarse (literalmente) en el sofá, que parecía un paisanín rascándose sus partes nobles. Lo peor. O cuando caminas por la casa con las luces apagadas y te pegas un susto de muerte pensando haber visto al demonio, un alien o vete a saber qué, y resulta que sólo es él que más que un gato parece una luciérnaga de cómo le brillan los ojos.

Todo un crack.

3 comentarios:

Thiago dijo...

Olassssssssss Bira, que tal? Me he quedado de piedra cuando vi que alguien ponía unos comentarios en algunos de mis primeros post!!jjaaj Espero que no te los leas todos, yo soy tan productivo como mamarraxo, jjaja. El post "Estrella" tuvo mucho exito en su momento, pero al irme de Chueca.com a Bloger perdí los comentarios.

En realidad se trata del MSN y era dedicado a mi primer ciberamor, jajaja

Me ha gustado mucho tu post y que ojos se ven en las fotos!!! Me encantan los gatos, pero en mi casas tenemos 2 perras y no puede ser. Eso si, hay uno que le llamo Mimoso que viene a vernos todos los años por el jardín y siempre vuelve, anda unos dias por aqui y luego desaprece otra vez. Es igualiño que Mr. Snake, te lo juro...! jajaja

Bezos y gracias otra vez.


p.d. Mañana leo mas post, que acabo de llegar de Teatro (hoy nos llevaron al teatro) y me voy a aplastar..

Por cierto ¿cómo llegsate a mi blog? jajaja. Mas bezos.

Unknown dijo...

holaaaaaaaaaaaa¡
pero cómo se nota que mi niña es de letras,hay que ver lo bien que escribe(y describe)las andanzas de sus gatos, y lo que me he reido(lo de Bourne no tiene precio)el Gato es precioso y sabes tú que a mí los gatos los justos(aguanto a "Gato" porque es biónico y habla que sino...)Felicidades por el comentario gatuno que me ha encantado
eres demasié,te quiero miles(como tú dices)
besazos de los buenos con denominación de origen Bierzo

BIRA dijo...

Thiago, gracias a ti por dejarme un mensaje, que me hace una ilusión del copón!! Ando un poco despistada con lo de los blogs y me consta que no soy lo mejor de este mundo (ni siquiera buena) escribiendo, pero después de pasar unas horas al ordenador, la verdad es que sí se agradece que alguien diga algo (aunque sea malo, que diría Dalí) del trabajo de una.

Me pasa al revés que a ti, me encantan los perros, pero no nos es posible tenerlos. De todos modos, estoy entrenando a los gatos para que sean lo más parecido a un perro pero con inteligencia felina, que es como peor, tú me entiendes.

A tu blog no sé muy bien cómo llegué (ya te he dicho que estoy perdida, no?), creo que en algún otro blog leí un comentario tuyo, pinché en el nombre y me gustó lo que leí. De hecho estoy enganchada, lo confieso.
Me faltan muchísimas por leer (porque mira que tienes entradas, eh!), pero estoy en ello.

Pensé que no verías el comentario, porque Estrella es de las primeras entradas, pero me gustó tanto, tanto, tanto, que no pude evitar hacerlo.

Un besote inmenso.

En cuanto a ti, mi idolatrado Haquiles, qué voy a decirte? Que te quiero más que miles y que, aunque mi imaginación me ha pedido el divorcio por incompatibilidad de caracteres yo me niego a seguir en silencio (ni muerta me callo, tú sabes). Así que seguiré escribiendo chorradas y chorradas y, quién sabe? tal vez entre todo eso alguna vez consiga sacar una sonrisa o una lágrima a alguien. Con eso me conformo.

Besotes grises, como el cielo, pero llenos de mucho amor!!